Martes, 27 de septiembre de 2011
(Fragmentos de mi diario de viaje):
Once de la noche: escribo a la luz del frontal, sentado en una piedra junto al río. Estoy en algún punto entre Canto Cochino y Charca Verde.
Esta tarde salí de casa a las cinco y media en uno de esos típicos arrebatos que me dan a veces. Acababa de preparar todo lo que necesitaba para una corta ruta de dos o tres días, cuando, al colocar las alforjas, veo que tengo pinchada la rueda trasera. ¡Mierda! Me pongo a reparar. El pincho no aparece por ninguna parte. Salgo de casa tarde. Bueno, ya era tarde antes, pero ahora es más tarde, y encima tengo que buscar una tienda y comprar una cámara de repuesto…
Bajo a Madrid y lo cruzo por La Castellana. Hora punta: atascos, prisas, humo, gente de mal humor, desesperación de unas vidas que han dejado de ser lo que debían hace ya demasiado tiempo. Soy un marciano en su nave espacial. A veces me da pena todo ese mundo que agoniza en silencio, sin ser conscientes de ello.