Rodadas. Una comunidad de cicloturismo y viajes en bicicleta
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"Kilómetros de papeleos y de amor paterno" (diario previo al viaje; fotos...)

&tarr; PUBLICIDAD (lo que paga la factura)

  1. [ No sé... deberíamos probar un viaje de esos de meses o años. En cantidad seguro que se puede multiplicar, jeje, pero la incógnita es lo que concierne la calidad. Tal vez, en viajes de larga duración se llegue a un tope de conciencia  y luego se mantenga alta, o bien, después de las "nuevas sensaciones" uno vuelve luego a su normalidad, con su personalidad, virtudes y defectos, percibiendo la vida casi casi como lo hacía en su casa. O no... depende. Por eso abrí el hilo sobre la "granhermanización de sentimientos y emociones durante un viaje", para escuchar experiencias o creyencias al respecto. De verdad, si en un viaje de tan sólo 4 días uno se empapa de todo eso, no quiero ni imaginar lo que puede pasar durante una larga larga temporada de viaje! ]

    Publicado hace 8 años #
  2. Chilísima la crónica, y las fotos.
    Siempre he querido hacer un viaje largo, pero igual tendrá que ser en otra vida. O cuando los peques se hagan mayores. Un viaje largo, de una ó dos semanas (que para mí eso ya es un viaje largo :lol:). Estoy de acuerdo en lo de la granhermanización en los viajes en bici...

    Publicado hace 8 años #
  3. 11 de diciembre

    ---¿No hay colchones ya? ---oí decirme mientras estaba tumbado en el suelo asfaltado de la vía verde.

    No recuerdo ya ni qué contesté a ese abuelete simpático, pero por necesidad fue alguna evasiva. En esos momentos me encontraba tendido en el suelo (intentando que no pareciera que hubiese tenido un accidente). La bici --ella-- sí que podía estar de pie, apoyada en un mojón de la vía verde; yo no, no podía: estaba fatigado, algo deshidratado y notando en mi cuerpo un estado febril debido por la constante solana. La oreja izquierda empezaba incluso a cocerse. Así que en esas condiciones no di pie a entablar conversación con aquel anciano. Es más, me levanté, sin queja ni brusquedad, y me puse en marcha, despidiéndome con un optimista hasta luego.

    Pedaleé y pedaleé por la vía verde por parajes vacíos de casas pero llenos de rampas y descensos en los que me arriesgué un pelín más de lo habitual, dejándome acariciar por el viento, en una concentrada tensión o quizás en la tensa concentración a las que las bajadas me obligaban.

    Mi mapa ya no me informaba, porque ya me había salido de él, así que todo lo encontraba de memoria o preguntando:

    ---Buenas tardes. Perdone, ¿por dónde hay menos cuestas? ---pregunté a una anciana sentada en su puerta a pie de la vía verde.

    ---Por la carretera hay menos, creo. Por la pista hay una pequeña cuesta ahí, pero luego no lo sé porque nunca he ido más allá ---me contestó. Y añadio que por la carretera, en cambio, me encontraría con el tráfico. No mucho, según ella.
    Así que decidí proseguir por carretera, siete u ocho kilómetros hasta el siguiente pueblo, metiéndome de vez en cuando en la vía verde y volviendo a la carretera. Llegué exhausto a las estanterías de un supermercado, decidido a comerme lo que fuese,  con tal de no gastarme más de cinco euros, que era casi el cuatro cientos por ciento de lo que había gastado en el viaje hasta ese momento. Cuando los trabajadores y clientes supieron que quería llegar a Pinto o a Aranjuez, me tomaron por loco. Y aún más al saber que provenía de Cuenca y que había salido de Castellón. [...]

    Publicado hace 8 años #
  4. 12 de diciembre  

    ---¿Hasta Pinto? ---me preguntó el cajero del súper, mientras buscaba una solución de ruta consultando a otro compañero.

    También se involucró un cliente quien aportó lo suyo, descuidando el hecho de que con mis preguntas estaba yo ralentizando el pago. Así que el pasillo de la caja dejó de ser lo que era y se convirtió en un espacio de debate logístico. Faltaba algúna maqueta o mapas topográficos para que aquello se convirtiera en una cumbre en la que todo el mundo disquisía.

    A mí, no me quedaba otra que escuchar, escucharlos y captar quién de ellos tenía no sólo las ideas claras, sino quién supiese ponerse en mi lugar. Y mi lugar --lo aseguro-- era muy pequeño e incómodo: lo único que había en ese lugar que ocupaba yo era una vieja y roñosa bici estática, como único pasatiempos.
    Así que deliberamos, y tras asegurarme de haber memorizado bien la sucesión de pueblos, salí de nuevo, no antes de haberme tragado un paquete de papas fritas y un sobredimensionado bocata de atún con todo el aceite de la lata.

    Me faltaban unos cuarenta kilómetros hasta llegar a alguna estación de Cercanías. Cuarenta o más, porque todo iba a ojo; las manecillas rotaban cada vez más rápidas, y yo quería llegar. Sólo llegar. [...]

    Publicado hace 8 años #
  5. Pero esos cuarenta kilómetros... han acabao ya o no ?

    Gandulus maximus. Vires et Iniuriam acquirit eundo.
    Publicado hace 8 años #
  6. 7 de febrero

    La secuencia de todos los pueblos que me habían nombrado pasaba de idea a ser realidad a fuerza de ir pedaleando y sacar las últimas fuerzas. Los atravesaba sin fijarme en ellos, con tan sólo las ganas de acercarme más y más al primer tren.

    Ahora que han pasado más de tres meses sólo logro recordar a un hombre con el que sobre una acera fui barajando todas las posibilidades logísticas; una persona abierta, él, y seguro que no muy impresionable (hecho que mejoró el encuentro). Que montase en bici y sus desarrolladas pantorrillas fueron detalles a los que se agarró mi enlentecida percepción a la hora de elegir a quien pedir información y consejos a alguien.
    La lucha por llegar; la eficacia que me pedía el cuerpo: todo ello lo recuerdo también. Lo recuerdo y lo analizo. Se ve que el estar en el límite de las fuerzas me despertó: el instinto de supervivencia me abofeteó en la cara de lleno y me pellizcó con rabia las piernas gritándome: «¡Muévete Paulo! ¡No desistas!»

    Un puerto --y esperé que fuese el último-- antes de S. Martín. Me lo subí alienado pero gozando de la segunda puesta de sol (¡pues otra vez el horizonte se me había abierto al subir tanto de nuevo, regalándome otra!).

    Rotondas y más rotondas anónimas indicaban Pinto, pero nunca llegaba, nunca ponía cuánto faltase.

    En la oscuridad me había convertido en un led rojo y unas cuantas tiras reflectantes, y el tráfico pasaba de mí, despreciándome, ninguneándome; sin respeto por mi vida (porque vivo estaba... vivo me sentía: me sentía tal como creo que soy y dialogando a gusto con mi conciencia).

    Para más INRI, un perro de ataque me asaltó dos veces seguidas a tres kilómetros de Pinto. A sólo medio de llegar a la estación, una chica sonriente montada en una bici me indicó que iba a llegar y que «eso de enfrente era justo la estación de Cercanías». Ver sus ojos sonrientes y comprensivos me sacó una sonrisa. Así que fue con esa guinda de dulzura que terminé la primera parte del viaje. Para un sentimental como yo, eso le añade valor. [...]

    Publicado hace 8 años #
  7. Oh... Oreja... maravillosa llegada, sin lugar a dudas... una sonrisa apaña mucho.

    Publicado hace 8 años #
  8. Ya te digo si apaña...

    Publicado hace 8 años #
  9. Me agrada muy grandemente retomar la lectura de tu cronica,

    en realidad es que "me mola un puñao"(me agrada enormemente el modo  cómo lo relatas).
    solo espero que no la interrumpas ,(si es posible),de nuevo.
    un saludo,amigo oreja

    Publicado hace 8 años #


  10. En la oscuridad me había convertido en un led rojo y unas cuantas tiras reflectantes, y el tráfico pasaba de mí, despreciándome, ninguneándome; sin respeto por mi vida (porque vivo estaba... vivo me sentía: me sentía tal como creo que soy y dialogando a gusto con mi conciencia).


    Oreja calidade

    Publicado hace 8 años #
  11. [Gracias chicos. Qué gracia me ha hecho, Soul, lo de Oreja Calidade, . Me faltaba aún por dar las gracias a Sarita acompañándolas con un apocado y modesto cabeceo, y aprovecho el momento para deciros que es un placer ponerle palabras al viaje.
    Taffer, Vicent, Rafa, Soul... por una cosa u otra acabais apareciendo como lectores de lo que escribo, así que por mi parte seguiré colaborando para saciar vuestra sed de relatos biciaventureros, jejeje!
    Qué discurso más pedante, por dios! Ni que hubiera recibido el premio Ppe. de Asturias o algo parecido, ja jaja! Hay que ver cómo se nos sube el "éxito" a la cabeza a algunos...madre mía! jijiji Qué cosas!! Ahora en serio... escribiré más (ya que me chinchais, cabron[cet]es!)

    «¡¡Porque no sólo de Marcas, Modelos y Mecánica vive el hombre [el foro]!!» ]

    Publicado hace 8 años #
  12. Por mi parte quiero darte las gracias por regalar estos relatos,que hacen soñar con pedaladas solitarias por los mapas....

    cuando veo un mapa ,y sé que tengo unos dias,suelo tener mas ánimo para arrancar......
    ¡¡gracias a ti y todos los que relatais vuestros recorridos!!!!

    Publicado hace 8 años #
  13. [Perdona Rafa... soy yo quien te da las gracias por apreciar los relatos. Ya sé que no son escritos del otro mundo --de hecho, oir decirte que "hacen soñar" es una grata sorpresa--, pero al fin y al cabo me atrevo a ponerle palabras al viaje, y eso es lo que cuenta! Es divertido hacerlo, así que es un placer, aun más si siento la confianza de poderlos publicar aquí. Y con lectores como vosotros los cicloviajeros, hay un fondo de cosas y emociones que se comparten. Eso me ha animado hasta ahora a hacer público algo que en realidad estaba muy a gusto en mis libretitas, hojas sueltas, incluso tiques, y memoria.  A ver si hoy escribo otra. ]

    Publicado hace 8 años #
  14. [...y para quienes se hayan incorporado al hilo recientemente, como ya van 8 páginas (y eso a veces echa para atras) os comento que unas cuatro son de fotos: hay unas 140, cada una en una entrada, por eso salen muchas páginas, demasiadas!

    Al principio hay un pequeño diario de antes de salir (poca cosa);

    luego las fotos con comentarios que relatan el viaje;

    después de algún comentario de los compañeros, empecé a relatar los encuentros que tuve en el viaje (ya no hay foto en esa sesión): empiezan con la entrega "1o de noviembre". No he terminado aún, pero espero hacerlo: voy escribiendo de cuando en cuando. (Lo tenía abandonado hasta que el amigo Taffer ha vuelto a preguntar qué pasaba).

    El viaje en sí fue de tres partes:

    -del interior de Castellón a Madrid, pasando por Teruel y Cuenca;

    -de cerca de Estella-Lizarra (Navarra) a un pueblo al sur de Donostia;

    -de Teruel de vuelta al interior de Castellón.]

    Que lo disfruteis!!

    Publicado hace 8 años #
  15. 11 de febrero

    ---¿Y no has pensado hacerte profesional?--- me preguntó el chico que acababa de conocer en el andén.
     ---¡No! ¡Qué va, qué va! Esto es muy diferente. La burrada que he hecho hoy ha sido por cabezonería. Pero si tuviese que hacer toda esa kilometrada al ritmo de los corredores, no aguantaría ni diez minutos. Qué va... no. No podría. Es otra cosa esto de viajar.
    Y así intenté explicar a aquel joven que yo no era ningún superman, pero que aun y todo ciertas cosas no son imposibles.

    En la larga charla que tuvimos evité que me idealizara, pues veía en sus gestos y en su mirada que apreciaba mi hazaña. Demasiado ideal me estaba pintando, y eso no era ni exacto ni correcto. Así que mi mensaje osciló varias veces entre el quitar hierro a mi duro día de pedaleo y el animar a que probase por sí mismo a hacer una salida de un fin de semana entero con su bici. Se despidió contento y animado, y antes de bajarse del tren me dijo que estaba encantado de haberme conocido. Me quité importancia con algún gesto, y volqué toda mi energía en volver a transmitirle que podría probar él mismo lo que de mi experiencia le gustaba.

    Un chaval majo. Fue él la primera persona con la que entablé conversación tras sentirme a salvo en el andén, cuando sentía ya que había terminado la etapa y conseguido llegar: las únicas que me quedaban por dar no eran más que unas pocas pedaladas urbanas para alcanzar la casa del amigo que me iba a hospedar.

    Nada más bajarme del tren lo vi. Estaba ahí, esperándome en el andén con una sonrisa. Con esos últimos giros de biela terminó la jornada ciclista. Estaba harto de la bici; de tanta bici. La detestaba, por no decir que me daba asco. Me quería librar de ella y descansar.

    Y así fue, por lo menos durante las ocho horas siguientes... [...]

    Publicado hace 8 años #
  16. 13 de febrero, sabado

    En casa de Tachi me quedé tres noches, saboreando hospitalidad, gozando de la chispa de su familia, participando y sintiéndome uno más, dispuesto a dar y recibir, abierto al encuentro. Poniéndose en mi lugar, ya antes de llegar me estuvo animando con un SMS que prometía una ducha caliente, un buen plato de espaguetis con carne y una cama ya preparada para mi descanso. El programa se fue cumpliendo punto por punto. En la cena charlamos y charlamos, y así fuimos conectando y conociéndonos, puesto que hasta el momento el ámbito en el que nos habíamos tratado había sido el virtual nada más. Su vitalidad y saber hacer ya se le notaban en la pantalla, pero en persona era aún más simpático e interesante. Los espaguetis estaban riquísimos, y la ensalada, y el queso... el vinito y el crish crish del pan tostado. La mesa, los detallitos, la charla: todo fenomenal. Tras cenar me fui recuperando y volviendo en mí: pues al llegar estaba exhausto, con el habla afectada por dios sabe qué falta de azúcar, y con un pensamiento enlentecido y frases desconexas.

    A la mañana siguiente Rafa nos esperaba puntual en la marquesina. Tachi nos presentó, una sonrisa, un apretón de mano y proseguimos hacia Las Rozas y Madrid. Tres bicis; tres personas; una pasión común.

    [...]

    Publicado hace 8 años #
  17. [...] Pedaleando por vías de servicio nos buscamos la vida (¡y a veces casi la muerte!) con giros, maniovras y recorridos raros, aceras, porteos por escaleras. Puentes, parques, zonas escolares en pleno bullicio matutino, todo ello con un objetivo: llegar antes de las 10.10 a las oficinas en las cuales debía recoger mi nueva documentación.
    En esa jungla de cemento, hierro y ladrillos que separaba su pueblo del centro de Madrid, el propio Tachi, en los meses anteriores, había abierto una senda a golpe de machetazos, haciéndola transitable y pisándola varias veces con sus ruedas. Rafa estaba muy interesado en explorarla y conocerla, y esa mañana se propuso hacerlo, aprovechando además la ocasión de mi paso por la capital, pues también había ido surgiendo una amistad y un aprecio entre nosostros que no podía quedarse tan sólo en una imagen virtual. [...]

    Publicado hace 8 años #
  18. [...] Cuatro horas de pedaleo con el capitán Tachi encabezando el grupo a gran velocidad y haciéndose respetar en el intenso tráfico de hora punta; Rafa y yo debimos sacar nuestra pericia en el manejo de la bici para poder mantener su ritmo endiablado que tan sólo perdía fuelle en los repechos.
    Al asfalto, los cruces y los bordillos le sucedieron tierra batida, polvo, raíces, saltos y porteos, todo ello pedaleado por mí con cierta aprensión porque veía que se nos hacía tarde.
    ---Vamos a llegar unos diez minutitos tarde--- dijo Tachi, conocedor del recorrido y sus tiempos.
    ---A poder ser, ¡por mí apretamos más!--- manifesté ---: esa gente es muy estricta y no puedo perder el turno.
    De hecho, presentándome tarde me arriesgaba a perder la cita y muchos meses de papeleo. No llegar a tiempo habría significado fastidiarla por completo, ¡cagarla! Y encima, habría sido echar por tierra todo el viaje y cuatro cientos kilómetros de pedaladas. [...]

    Publicado hace 8 años #
  19. [...] ---¡Lo que faltaba!--- dije nervioso tras ver el desaguisado: un pulpo elástico se me había enredado entre el buje de la rueda trasera y el cuadro; el gancho de hierro se había torcido y para soltar la maraña acudió Rafa:
     ---No te preocupes. Tengo un multiusos de esos con navajita. Lo cortamos y ya está. A mí también me pasó una vez.
    Así que con su habilidad y una buena dosis de tacto me echó una mano sin que yo pudiera sentirme incómodo o directamente un patán por mi evidente torpeza.. Gracias a su destreza la rueda se desbloqueó y pudimos proseguir.

    Tachi ralentizó, girando la cabeza hacia un lado y el otro: ---Me he perdido. No sé bien dónde estamos---, por lo que a mí se me dispararon por un momento las alarmas y los sudores. Tuve que hacer frente al nerviosismo y dejarme llevar. Menos mal que la simpatía de mis compañeros y su buena disposición me aseguraban que eran dos tipos que se iban a dejar la piel para que pudiésemos llegar a tiempo. Por lo visto, no tuve necesidad de insistir más veces. A las oficinas llegamos a las 10.05 tras haber salido a las seis en punto: justitos pero bien, ¡con cinco minutos de adelanto y todo! (Aunque no fue hasta las doce que me tocó mi tanda).

    [ Seguiré proximamente . Rafa, Tachi... como veis, no se me ha olvidado ese día maravilloso. Y ya sabeis que hay mucho más, jeje!! ]  

    Publicado hace 8 años #



  20. los pulpos son unos aliados inmejorables....o unos enemigos terribles, segun el caso,
    ¡¡¡¡pues anda que menudo pedazo mecanico que estoy hecho: nada de curar........
    ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ AMPUTAR!!!!!!






     


    Publicado hace 8 años #
  21. Torrelodones Madrid, algún día habrá que probar!!

    Publicado hace 8 años #
  22. [ Hola Rafa, qué pasa? No aparece por aquí el capitán Tachi. Dónde se ha metido?? Con todos esos cumplidos sobre su exquisita cocina y su cálida hospitalidad (y me quedé corto), seguro que ( ) le da vergüenza salir. Y encima, con el "epíteto" de Capitán, aún más! 
    Tachiii?? ]
    (P.D.: A ver cuándo redacto la tarde de ese día! Unsaludo!)

    Publicado hace 8 años #
  23. Creo que se ha ofendido por degradarle al simple cargo de capitan ,cuando todo el mundo sabe que es almirante de castilla.

    Publicado hace 8 años #
  24. RAFA CARACOL dice: Creo que se ha ofendido por degradarle al simple cargo de capitan ,cuando todo el mundo sabe que es almirante de castilla.




     :D

    Publicado hace 8 años #
  25. 24 de febrero, miércoles

    Con los papeles bien prietos en la mano salí de las oficinas, mirándomelos y remirándomelos. Esas lágrimas nerviosas que llevaban comprimidas desde hacía unos meses en el lagrimal, se evaporaron con un "¡Ya los tienes!" y un "Venga, va" de mis compañeros.

    ---No te preocupes. ¡Qué esperen! Estos carriles son preferentes para bicis ---me dijo Tachi, quien a continuación me estuvo contando que el tráfico se había ido calmando en la capital en los últimos meses, y que nadie ya osaba pitarte en esos Carriles de treinta por hora.
    De hecho, sin bocinazos ni otras prepotencias fuimos surcando otras avenidas; luego la Gran Vía, hasta llegar a la puerta del Sol. Fue un placer alternar la compañía de uno y de otro, pedaleando y charlando; los ratos de soledad también fueron como para disfrutarlos, pues el bullicio de la urbe se había convertido en puro estímulo, cuando antes era todo un estorbo para mi puntualidad. En Sol compramos unas botellitas de refrescos e improvisamos la comida cerca del Palacio Real. Nuestras tres bicis apoyadas en un murete recordaban cómo habíamos llegado hasta allí y hacían las veces de telón de fondo. Hablamos de viaje --¡claro!--, de bicicletas, de cómo se organizaba cada uno y de equipamiento.
    Eso era lo que en principio parecía unirnos, pero fueron afabilidad, pillería y chispa los elementos de un trinomio indivisible que acabó siendo el verdadero común denominador.
    Compartimos nuestras historias; dónde estábamos y hacia dónde íbamos. Hablamos de todo, incluso de los callejones sin salida; del laberinto de la vida y de sus paredes llenas de espejos y espejismos.

    Una vez arrancamos de nuevo, fuimos hacia el parque del Retiro. Rafa con su bici de doble suspensión, Tachi con la suya de cicloturismo y yo con mi híbrida. Ya no había prisa, sólo disfrute, charla y compañía.

    Como tres amigos de toda la vida nos paramos a merendar frente a la estación de autobuses de la avenida América, charlando y charlando; filosofando incluso, opinando de temas tan diversos que ahora ni recuerdo. A la estación habíamos ido porque tenía que informarme de todas las posibilidades (¡y precios!) para subir al Norte en bus. Pues la primera meta la había alcanzado: ir a recoger esos papeles; ir a ver a mi hijo era la segunda, y desde luego la más importante. Con dinero o sin dinero, sin billete o con billete, quería cumplir una promesa que le había hecho diez días antes.

    Y ahí estaba mi bicicleta. Ahí estaba yo frente a otro desafío.

    Publicado hace 8 años #
  26. Ya se me estaba comenzando a olvidar... seguro que hubo todavía mas pequeños sucesos, tan diminutos y numerosos,(pero simpáticos, sorprendentes) que hicieron de esa jornada, un dia especial,

    pero los meses transcurren, y mi memoria ya lo iba olvidando...¡¡.hasta hoy!!

    Publicado hace 8 años #
  27. http://athousandhotels.com/tag/puerta-del-sol-madrid/


    http://hasmgrupu.blogspot.com/2014/11/montajes-fotograficos-de-sebastian.html

    la puerta del sol, la entrada a montera por gran via, y la muralla árabe,(junto a la catedral de la Almudena)


    https://artedemadrid.wordpress.com/2012/08/


    Publicado hace 8 años #
  28. Bien, bien... y con la entrega anterior doy por finalizado todo.

    Ahora bien, voy a pediros un favor como lectores y cicloviajeros/as . Prefiero que sea por mensaje privado, porque me parece más adecuado.

    ¿Podrías hacerme llegar al buzón tus críticas sobre las tres partes (diario previo; relato acompañado de fotos; diario a posteriori) ?

    El caso es que estoy intentando mejorar a la hora de escribir y podría ser útil escuchar tu parecer (espero que no padecer, jeje). Ver aspectos que por mi cuenta no consigo ver. Incluso recibir algún pasaje corregido o modificado.

    Me gustaría centrarnos sobre todo en el asunto de las emociones o las sensaciones que sentiste mientras leías. ¿Cuáles han sido?

    Las respuestas "en caliente" quizás tengan más valor (así que si te prestas, te pido que leas primero el diario previo y lo comentes... y así sucesivamente. Si sólo te apetece comentar una o dos partes, no hay problema, ¡faltaría más!)
    Luego, más allá de las sensaciónes o emociones que has probado al leerlos, no estaría mal escuchar algo acerca del tono, ritmo, registro, estilo, voz y homogeneidad. Todo lo que me puedas aconsejar.

    Siéntete libre para opinar lo que sea. En tus manos dejo aquello de que sean constructivas tus aportaciones.
    Lo fundamental es que tú también disfrutes haciendo la crítica. Si no no tiene sentido, claro.

    Te leo en el privadillo.
    Gracias!!!

    Publicado hace 8 años #
  29. Te voy a ser sincero compañero... Yo en este momento estoy más liado que la pata un romano, vaya... que no me da tiempo a casi nada... no voy a poder enviarte mucho amigo mio. I'm sorry!!

    Publicado hace 8 años #