Y enseguida surge el problema: Que hacemos ahora? Hablamos con los organizadores y nos cuentan que no tenian previsto que acabásemos tan pronto; que la construcción del iglú nos debería ocupar todo el sábado...
Por lo que vamos viendo hay mucho participante que no tiene demasiada idea de como se construye un iglú. Al módico precio de 180 francos suizos (unos 140 euros!) la organización ofrecía un mini-cursillo a los debutantes el sábado por la mañana. Algunos se quedaron sin plaza y los mandaron igualmente a construir iglús sin preparación alguna.
Tenemos toda la tarde por delante. Nos repartimos por la zona y ofrecemos ayuda a los iglús que vemos más atrasados o a los que están planteando mal la faena. En algunos casos la situación es incómoda para el constructor novel: Aparece un tipo raro, que se despacha en un inglés macarrónico, y que te viene a decir que más vale que desmontes esas tres últimas hileras que tanto trabajo te han costado levantar, porque si sigues así no vas a poder cerrar el iglú.
Fruto de tantos años enseñando a construir iglús encontramos fácilmente los argumentos necesarios para convencer al incrédulo constructor que nuestra colaboración va a ser provechosa. Y poco a poco vamos cerrando iglús.
A las 7 se cena. El cielo se ha ido nublando y empieza a soplar el foehn, el viento del sur. Después de la cena hay una velada con actuaciones teatrales, pirotécnia y un humeante puchero de vino caliente. Por la noche los iglús presentan un aspecto impresionante.
Con los fuegos de artificio se consiguen estas imágenes inborrables.
Y nos vamos a dormir: Joerg, Martin y Fidel en un iglú. Y los tres roncadores polifónicos, Santi, Nans y un servidor, en el otro. Por la noche el viento del sur sopla y sopla. A través de alguna rendija mal sellada se cuela algo de ventisca -viento y nieve- al interior del iglú. Fuera la helada es considerable. Y el viento acentúa la sensación de frio.
A las 6 de la mañana nos despierta un miembro de la organización y nos pide que nos levantemos rápido para ir al refugio: El viento sopla cada vez más fuerte y no es seguro que podamos bajar con el teleférico. El viento ha taponado la entrada en algunos iglús: Estaba mal orientada o poco protegida. Ayudandose con las palas rescatan a los inquilinos.
La vuelta al refugio se hace larga y penosa. La organización balizó el camino con unas varas fluorescentes. Gracias a ello encontramos el camino bueno. Todas las trazas han sido borradas por el viento. Al llegar al refugio se hace un recuento de los participantes para comprobar que estemos todos.
Después de desayunar nos dirigimos al teleférico. El viento no cesa. Mientras esperamos nuestra bajada observamos como las cestas se balancean empujadas por la ventisca. Confiamos plenamente en la tecnología, experiencia y la seguridad suiza, pero con el primer coletazo de nuestra cabina se acallan todas las conversaciones y se produce un silencio total en la cabina del teleférico. Me agarro fuertemente a la baranda mientras veo, fuera, a 40 metros bajo mis pies, un precioso paisaje nevado.
Vamos de regreso. Comemos una segunda foundee de guyere para poner a prueba nuestro hígado. En el aeropuerto de Ginebra gastamos todos los francos suizos restantes comprando chocolates. Después del asalto se aprecia un "claro" en el lineal de las chocolatinas: Nos llevamos no menos de 1kg de chocolate por participante.
Y al llegar a BCN volvemos a la rutina mediterranea: Las maletas no aparecen en la cinta anunciada, la grua de BCN se me ha llevado el coche... Con lo que pago para rescatar el coche podrían restituir la paga doble a todos los funcionarios del ayuntamiento de Barcelona.
En resumen. Un fin de semana intenso. Para nosotros fue muy provechoso y descubrimos muchos detalles organizativos que pueden ser de utilidad para los encuentros que organiza la Asociación de Constructores de Iglús de Catalunya en el Pirineo, el Ohmamiglú. Y, por último, constatamos que en construcción de iglús... estamos a un nivel más que sobresaliente!
Aprovechamos la gran concentración de aficionados a los iglús para repartir unos flyers...