Gredos sin planos ni planes

Soys la caña de España!!!!!

Lirones!!! ahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!(grito de pánico)

Por cierto, que son los lirones...mi abuela solia decirme, "duermes como un lirón"

Espero que hayais pasado buena noche

No se muy bien por donde estáis, pero si estáis cerca de Navacepeda del Tormes, tenéis una estupenda poza aqui *ver plano.

Ok Rivasgus, estos chicos "locos" me dicen que ya tienen el culo a remojo

¿Quién no se acordara del capitulo de Felix Rodríguez de la Fuente con su cansino "liron careto" jejejej en un pueblo abandonado al que subo desde muchos años ha vivimos y compartimos con ellos comida y saco...alguna veces voluntariamente la mayoria no...ladronzuelos esos "marditos roedores"... buen viaje y transmito mi envidia desde el curro

Halaaaaa Nicoooo ¿esa es la poza que nos perdimos? qué chula!!! para la próxima ruta, nada de votos neutros, mi voto irá al "Si poza".

Besotes guapos!

En cuanto tenga un ratito cuelgo alguna en FB, es que no para de venir gente y más gente, ufffff a ver si termina agosto.

Besotes guapa!! Ya mismo nos vemos!

Salimos el martes a las ocho de la noche de casa de Pilar. Cargamos las bicis en el coche y nos dirigimos hacia donde nos lleva el viento. Y el viento nos lleva a tomarnos un refresco y un tinto de verano en el alto de la Cruz Verde. Allí se está tan bien que se nos olvida que vamos a alguna parte y si nos descuidamos vemos hasta la puesta de sol.
Total, que seguimos camino y acabamos conduciendo a oscuras por esos pueblecillos de la Sierra de Gredos que tienen nombres tan siniestros como: "Hija de Dios". Yo esperaba ver en cada curva aparecer a la hija de dios ensangrentada y con un camisón blanco y un cuchillo en la mano. Menos mal que iba Pilar al lado porque a mi me dan miedo esas cosas, de verdad.

Bajamos al pueblo de Hoyos del Espino y una vez allí desayunamos tranquilamente en una terraza al sol. Pilar está feliz, leyendo el periódico local, mientras yo estudio mi magnífico plano que me he comprado para la ocasión. ¿Os extraña? Pues sí, me he comprado un mapa. Un mapa de españa. Es perfecto: sale toda España, todas las ciudades, con sus carreteras de colores y toda esa parafernalia misteriosa de colorines que yo no entiendo. Me hace una ilusión este mapa, como no os podeis imaginar. Sólo tiene un defecto: que nunca sale el pueblo donde estoy, pero eso es lo de menos porque, como tampoco puedo leer los nombres con esa letra tan pequeña, pues me da igual. Pero ahora, con ese mapa en las manos me siento un cicloturista de verdad. Impongo respeto, la verdad.

Al principio este calorcillo se agradece porque esta madrugada hacía un frío del carajo y aún andabamos un poco destemplados, pero al cabo de un rato de subir y bajar cuestas se hace duro. Así que vamos parando en varios pueblos de por allí.

En el Barco de Avila consulto mi mapa ante la atenta mirada de Pilar. Y le digo:

-Esto gris son las montañas ¿A que mola?

-Pséé...

-Y esto azul es el mar (ahora sí que la voy a impresionar).

-Oye, pero hasta el mar hoy no iremos ¿no? -dice Pilar.

-No, mira. Si tiramos por aquí y por allá le damos la vuelta a las montañas estas... O también podemos tirar por ahí detrás y subir por aquí y bajar por allá y luego ir a esta zona del plano donde hay tan pocos pueblos que hasta se pueden leer los nombres... -Pilar me mira con cara rara-...
-O podemos sacar los aislantes y tumbarnos en el parque un par de horas, compramos chocolate (de comer) en cualquier parte y algo de beber, y nos echamos la siesta.
-Adjudicado: voy a comprar chocolate -dice Pilar.

...Y seguimos camino...

...Tostados pero contentos...

Y llegamos a Piedrahita. Nos sentamos a tomar algo en un bar; hemos comprado algo para cenar (una barra de pan, embutido...) Recapitulamos sobre lo qu ehemos hecho hoy.

-¿Cuántos kilómetros llevaremos? -dice Pilar.

-No sé, yo no llevo cuentakilómetros; ¿que marca el tuyo?

-El mío no funciona bien -dice Pilar-, marca seiscientos sesenta y seis (no sé porqué pero me viene a la memoria lo de la hija de Dios y me corre un escalofrío por la espalda).

Nos miramos y tenemos que reconocer que, la verdad, no hemos hecho gran cosa en todo el día. Miro el mapa...

-Yo creo que esta carreteruca que sale aquí debería cruzar las montañas -le digo a Pilar. ¿Tú ves lo que pone aquí?

Pilar mira atentamente el mapa con los ojos entrecerrados.

-No se ve bien: parece que pone algo así como puerto de no sé qué negras...

-Venga pues vamos por allí.

Pagamos en el bar y continuamos viaje.

Avanzamos a un ritmo tranquilo y yo me voy preparando para la que se avecina. Además de todos los trastos que llevo siempre, me ha dado por cargar este viaje con mi nueva, flamante, tienda de campaña, que no voy a utilizar ni una sola vez, pero claro, eso aún no lo sé, y cargo con ella con la alegría de un niño inocente, y me digo que allí arriba nos vendrá bien porque ayer, a las cinco de la madrugada, tirado en la hierba, lo pasé mal.