La clave, Xatu, está en lo que te dice Jofe, relax ¡Deja de entrenar hombre! ¿Es que piensas participar en la Ironman o algo así? Si te crees que la forma necesaria para una prueba deportiva extrema se pilla en un par de meses... vale, ya se que no te lo crees.
Mira, yo me crucé España casi entera, fueron 950 Km. Pesando yo más de 100 kilos y con la de equipaje que llevaba... total que el primer día casi la fastidio. Pero hice caso de viajeros expertos como slow y me lo tomé con calma. Mano de santo, el cuerpo se adapta poco a poco. A las dos semanas, al acabar, estaba hecho un máquina.
La idea es no preocuparse jamás por los kilómetros que hagas cada día. Unos días harás más, otros menos ¿y qué? ¿qué prisa hay? Ninguna. Si no cruzas España porque no te da tiempo ¿qué? ¿qué va a pasar? Y si sí te da tiempo ¿qué? Nada tampoco. El premio de hacer un viaje en bici es precisamente el viaje mismo. Cuando se acaba, se acabó el premio. Si te pasas el día en la carretera pedaleando a toda velocidad para cumplir etapas, te perderás precisamente aquello que has ido a buscar. No tiene sentido. Deja a tu cuerpo y a tu mente elegir en cada momento lo que más te apetezca. No hagas demasiados planes porque nunca se cumplen. Ve sin prisas, disfrutando de cada lugar. Cuando tengas ganas de correr, corre, y si no, ve despacio y parándote cada vez que se te apetezca. Harás una media de kilómetros absolutamente ridícula. Pues vale, de eso se trata.
Casi ha pasado un año desde mi aventurilla (que estoy deseando repetir y ampliar, por cierto) y aún hoy me vienen a la cabeza, de improviso y sin que tenga nada que ver con lo que esté haciendo, recuerdos fugaces de instantes de esa aventurilla. Impresiones que no se pueden registrar con ninguna cámara, sentimientos que no se pueden comprar en ningún sitio. Momentos en los que recuerdo sentirme vivo y viviendo. No creo que eso hubiera sido posible si no me hubiera tomado el mínimo tiempo para empaparme de los lugares por los que pasaba y para ser consciente de mi actitud y mi situación respecto a ellos en cada momento. Cuando vuelva a salir, ten por seguro que iré más despacio todavía. Voy a ir vagabundeando, al paso al que iría si fuera a pie. Y a donde llegue, llegué. Y que me quiten lo bailao.
Bueno, pues para viajar de esa forma, no hace falta estar entrenado, al menos físicamente. Si no puedes subir una cuesta, te bajas y empujas. Deja de entrenar, que no merece la pena.