Rodadas. Una comunidad de cicloturismo y viajes en bicicleta
Volver arriba

Crónica de mi Eurovelo 6

&tarr; PUBLICIDAD (lo que paga la factura)

  1. Snif  ... supongo que aquí acaba la crónica... Lástima, me había acostumbrado a la dosis casi diaria de vivencias, enseñanzas del camino y reflexiones varias! Gracias por haberlo compartido, anbotomendi, y enhorabuena por la rutaza y el objetivo cumplido! 

    Publicado hace 8 años #
  2. ...seguro que va a haber alguna entrega más... --yo qué se?-- alguna reflexión global del viaje o algún pensamiento o análisis hechos en el presente, rememorando el viaje. A que sí?  ;) 

    Publicado hace 8 años #
  3. A Suni decirte que me alegro de que te haya gustado la crónica, se agradece.
    Y a ti Oreja, decirte que acertaste! Como decía uno que yo me sé, No se vayan todavía, aún hay más.

    Publicado hace 8 años #
  4. Día 36. Craiova-Sadova. 50 km:

    Cuando vas a alquilar tu bicicleta para acompañarme hasta Constanza, te prestan una bicicleta sin marchas de andar por ciudad que no tiene ni parrilla para llevar las cosas, simplemente una cesta en la parte delantera. ¿¡Y con esto vamos a tener que hacer Craiova-Constanza!? Puede que la verdadera aventura este a punto de comenzar ahora. Al final engancho mi saco de dormir en los hierros de la parte baja de tu sillín y meto varias cosas en la cesta de la parte de adelante y en el propio saco del sillín. Yo por mi parte, pongo encima de mis alforjas tu mochila que va “bailando” de un lado a otro y partimos hacia la estación de tren con la intención de completar los 500 kilómetros que nos quedan. Vaya cuadro!

    La historia de la estación de tren es de traca, metemos las bicicletas como podemos en el vagón de atrás y comienza el circo. Hay una pareja despidiéndose en la parte de atrás del vagón y nosotros con las bicicletas que no cabían. Se podía pasar por la otra entrada del vagón, sin embargo, hay gente insiste en meterse por donde estábamos nosotros, a sabiendas que nos cuesta un montón mover las bicicletas para que ellos puedan pasar. Una persona, de hecho, se dedica a volver por el pasillo donde estábamos y de nuevo volver al vagón. Algunos nos dicen que movamos las bicicletas que por ahí tiene que pasar gente, otro se empeña en que metamos las bicicletas en el cuarto donde se sienta la gente, lo cual resulta imposible. Me dan ganas de preguntarle, "¿pero tanto te aburres chaval? Vive tu vida, que de la mía ya me ocupo yo". También hay que reconocer que la mayoría de gente se comporta de manera ejemplar y nos deja en paz, pero de vez en cuando te juntas con cada uno que es de alucinar.

    En el tren un tipo nos intenta engañar queriéndonos cambiar euros por moneda rumana, un tipo que según él decía, era guitarra de un famoso grupo de música, menudo artista el charlatán!

    Una vez en Craiova, reinicio la aventura de la Eurovelo 6, esta vez con acompañante y todo. Aunque parecía imposible, poco a poco, kilómetro a kilómetro, avanzamos hacia delante, hacia el Danubio. El milagro se hace realidad.

    Encontramos para dormir un lugar idílico, se trata de unas campas al lado de un bonito lago. Un bañito en dicho laguito y a la cama, mejor dicho a la tienda.

    Anochecer en el bonito lago donde dormiremos


    Adjunto

    1. Eguna_36.2_Lo_egiteko_lakua_iluntzean..jpg (1750.9 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    Publicado hace 8 años #
  5. Día 37. Sadova-Corabia. 70 km:

    A los 2 kilómetros de echar a andar, empiezo el día con un pinchazo por parte de mi bicicleta y algo de cagaleratremenda cagalera por parte mía. Tú por tu parte tienes una infección. Decidimos separarnos y, mientras yo arreglo el pinchazo, tú te vas hasta el pueblo más próximo a comprar medicamentos. A lo largo del trayecto hacia el pueblo donde hemos quedado pienso en el dueño de la campa de ayer. Quizás deberíamos haberle ofrecido algo por dormir en su campa. En fin, lo pasado pasado está y ya no se puede hacer nada.

    Cuando nos encontramos en el siguiente pueblo, unos niños vienen a pedirnos dinero. No se les ve con pinta de hambre y de hecho algunos se les ve con helados y refrescos en la mano. Recuerdo que, cuando yo era pequeño, los chavales del pueblo solo podíamos tomar helado o chucherías los domingos por la mañana después de misa. No me parece manera de educarles, así que nos negamos a darles nada.

    Al poco, sufro el segundo pinchazo del día, a arreglarlo. Entonces caemos en la cuenta de que carecemos de herramienta en el caso de que la bicicleta alquilada de Marlentxu pinche, por lo que decidimos comprar una llave fija por si acaso.

    Al mediodía encontramos de casualidad otro lugar idílico con una pozita y cascada donde pasar el mediodía, qué buena! nos estamos acostumbrando mal. Una culebra se me pone en el pecho atraída por la corriente sin mayores consecuencias que lanzarla para afuera de un manotazo.

    A la hora de la siesta oímos el ruido del aire saliendo de la cámara. El caso es que la bicicleta de Marlen acaba de lanzar un hierro enganchado en su cubierta, soltando así el aire de la cámara. Menos mal que acabamos de comprar la herramienta, salvados por la campana! A veces lo que parece que es malo (mis dos pinchazos de la mañana), nos viene muy bien para un futuro.

    Dormimos en la rivera del río a pesar de las amenazas de una mujer que estaba un poco loca y no paraba de amenazarnos en rumano. La rivera se encuentra literalmente llena de mosquitos. Una especie de mosquitos que hacen mucho daño con sus picotazos, de los que realmente duelen, de los que te sale un grano por picotazo. Menuda escabechina! Nunca he apreciado tanto la mosquitera de la tienda como ese día. Si la abrías durante 5 segundos para recoger algo de fuera, te picaban. Ya te aviso con cara de serio, pero en broma, de que como rompas la mosquitera yo te mato a ti antes de que los mosquitos nos maten a los dos.

    Publicado hace 8 años #
  6. Día 38. Corabia-Zimnicea. 80 km:

    A media mañana paramos en un supermercado a comprar dinero. De nuevo unos chavales nos piden dinero. Estos, además, parecen agresivos y nos intentan intimidar. De repente, pasa una persona mayor que iba a comprar y de un gesto les indica que nos dejen en paz, los chavales obedecen al momento.

    Seguimos hacia delante. Al mediodía, después de comer, me encuentro muy muy mal de las tripas. Te ofreces para ir al pueblo de al lado a comprar medicamentos, pero te digo que vamos a esperar un poco a ver si se me pasa. Me tumbo en el suelo y respiro. Después de estar una hora tumbado se me pasa algo y podemos continuar. Durante nuestro avance a Zimnicea, todos los niños salen a la carretera para chocar con nosotros las manos, muy sonrientes. Algunos nos preguntan “What is your name?” Qué majos! De hecho, algunos nos ofrecen fruta en nuestro avance.

    Por fin llegamos a Zimnicea. En un hotel de la época estalinista donde nos alojamos me tomo un arroz blanco, ya que mi cuerpo no da para más. Después de un día tan duro, me sabe delicioso. A dormir y a recuperarse.

    Patos en la carretera


                     Y al final llegamos a Usuhaia, Vaya por Dios!!


    Adjunto

    1. Eguna_38.6_Usuhaia_!_2.jpg (1922.8 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    2. Eguna_38.4_ahateak_errepidean_2.jpg (2003.4 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    Publicado hace 8 años #
  7. Día 39. Zimnicea. 50 m, 28 cm y 1 mlm:

    Pasamos los 2 muy buena noche. Sin embargo, por la mañana te empiezas a sentir mal y a la media hora, de hecho, estás hecha polvo. Yo también me encuentro todavía algo débil, pero no como Marlen que se encuentra realmente mal. Al cabo de un par de horas le digo a la de recepción del hotel que nos quedaremos un día más.

    Me dices que, si quiero, continúe yo el viaje y que luego ya me cogerás tú más adelante. “Ni de coña te respondo, yo no me muevo de aquí hasta que te recuperes”.

    Me paso la mañana y algo de la tarde por la recepción del hotel para no molestar a mi chica. Luego me voy a dar un paseo y en la puerta de un supermercado un estúpido policía intenta asustarme con preguntas incómodas y actitud intimidatoria, luego, de repente, cambia la expresión de su cara, me sonríe y dice “Have a nice day”, acto seguido se va sin más.

    A última hora de la tarde te sigues encontrando muy mal, no mejoras. Por lo que decidimos ir al hospital. Casi no puedes ni andar por lo que los últimos metros te tengo que llevar “a borriquitos”. Después del tratamiento y su correspondiente pinchazo, empiezas a mejorar, menudo susto!! Al hotel ir a dormir, a ver qué pasa mañana.

    Quizás este sea el final del viaje.

    Publicado hace 8 años #
  8. Muy buena crónica. Esperando nuevas entregas. Eseskerrik asko!

    Publicado hace 8 años #
  9. Día 40. Zimnicea-Giurgiu. 60 km:

    Aunque sigues muy muy cansada, a media mañana nos animamos a reemprender el viaje, comentamos medio en broma medio en serio que la duda de hoy es si haremos 10 o 15 kilómetros. Sin embargo, a los pocos metros del hotel encontramos un autobús que va a Giurgiu, el siguiente pueblo. Inmediatamente decidimos que lo mejor es que tú lo hagas en autobús y así tengas un día más de descanso.

    En Giurgiu dormimos a vera del río, tremenda noche de calor que no nos deja dormir, mientras las ranas no paran de croar. El caso es que teníamos el saco situado debajo nuestro e incluso así este nos daba calor, nos lo apuntamos para la próxima.

    El reloj-torre de Giurgiu


    Adjunto

    1. Eguna_40_Giurgiuko_Erloju_dorrea.jpg (1857.1 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    Publicado hace 8 años #
  10. Día 41. Giurgiu-Tutrakan. 65 km:

    Nada más comenzar el día, recibo noticias de un par de amigos de Inglaterra y de otra de Madrid. Esto me da un subidón de los grandes, me siento feliz.

    Empezamos la ruta atravesando el gigantesco puente que va de Rumania a Bulgaria, toda una odisea entre las obras, el tráfico y los peajes. Menos mal que los policías aduaneros se enrollan y nos dejan pasar sin tener que esperar a los diferentes cortes de tráfico.

    Poco antes del mediodía otro pinchazo, se ve que mi bicicleta lleva demasiado peso. Después de comer parece que por fin desaparecen del todo las secuelas de los dolores de tripa y avanzamos varios kilómetros a toda pastilla.

    En Tutrakan dormimos en un hotel de lujo con aire acondicionado y todo. Se agradece porque hoy el sol ha cascado de lo lindo. Tutrakan es un bonito y apartado pueblo situado a la vera del Danubio.

    En Bulgaria


    Adjunto

    1. Eguna_41.2_Bulgarian_2.jpg (1969.1 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    Publicado hace 8 años #
  11. Día 42. Tutrakan-Silistra. 70 km:

    Día de intenso calor, de hecho, al mediodía encontramos una cabaña abandonada y no paramos de sudar incluso a la sombra. Eso sí, en el lugar donde paramos hay árboles frutales, así que aprovechamos para refrescarnos algo con los albaricoques.

    Por la tarde avanzamos por una zona de bosques que nos refresca un poquito gracias a sus sombras. En todos los bosques se siente una energía especial, despierta y siéntela. Eso sí que es riqueza y no La Milla de oro de Manhattan.

    Con un desvío involuntario de 5 kilómetros llegamos al fin a Silistra, nuestro breve paso por Bulgaria se acaba. En el supermercado de dicha localidad compramos litros y litros de bebida fresca, qué placer poder tomar bebida fresca después de un día así! Dos personas del supermercado en diferentes tiempos nos preguntan por nuestro viaje y nos invitan a dormir a su casa, qué gente más maja hay en todos lados! También vemos como un padre obliga a su hijo a robar en el supermercado y, encima, cuando el chaval sale con lo robado le pega y grita delante de todos, mientras el niño llora. Las dos caras de la misma moneda, el ser humano.

    Encontramos por fin el paso de frontera a Rumanía, se encuentra en una estrecha calle, justo en lo que parece el centro de esta pequeña ciudad. Tienen toda Bulgaria por delante y, sin embargo, la ciudad crece pegada a la frontera, muy curioso. Todas estas casas medio derruidas, sin embargo, tan viejas y descuidadas también tienen un encanto especial. Esta vez cruzamos a Rumanía sin peajes, y es que los polis fronterizos brillan por su ausencia.

    Nada más entrar en dicho país nos recibe una olvidada carretera rodeada de interminables viñas y árboles a cada lado de dicha carretera. ¡Qué bonito!, parece la estampa de un cuadro.

    Los mojones de dicha carretera nos indican por un lado los kilómetros quedan a Constanza y por el otro los kilómetros que hemos hecho desde otra ciudad de Rumanía. Ya podemos acariciar la victoria con la punta de los dedos.

    Dormimos en una campa situada a un lado de la carretera, está de nuevo literalmente llena de mosquitos. Sin embargo, como ya nos sabemos la jugada, montamos la tienda al spring y conseguimos meternos dentro de la mosquitera sin recibir un solo picotazo. Tampoco nos ponemos el saco de dormir en la parte de abajo para evitar que nos dé calor. La experiencia es un grado y ya estamos entrenados. Bromeamos diciendo que ya somos tropas de elite.

    Sin embargo, mi pequeña tienda diseñada para uno se encuentra un poco inclinada hacia mi lado. Durante la noche, cuando me quedo dormido, me deslizo poco a poco hacia un lado de la tienda, pegando así mi culo contra la mosquitera y, por último, recibiendo mi correspondiente ración de picotazos en dicha zona. Los picotazos me despiertan y, de nuevo, me vuelvo a colocar en mi lugar. Me paso de esta guisa toda la noche, en este maldito bucle, esto es, dormir-deslizar-picotazo-despertar-moverme, dormir-deslizar-picotazo-despertar-moverme, dormir-deslizar-picotazo-despertar-moverme, dormir-deslizar,...

    Publicado hace 8 años #
  12. Día 43. Silistra-Adamclisi. 78 km:

    Despertamos y lo primero que hacemos es pegarnos un bañito en el Danubio, de buena mañana, después a continuar hacia Constanza. Al poco nos tenemos que despedir de este grandioso río, ya que nosotros vamos a dicha ciudad y el río se desvía al norte.

    Es una despedida natural, sin problemas. Acepto las cosas como vienen y como tocan, ojala qué dure este estado cuando toque volver al día a día. Siempre digo que la vida es mucho más dura que la Eurovelo 6, la escalada, o cualquier otro deporte extremo que os podáis imaginar.

    Volvemos a estar a punto, una vez yo y después otra tú, de sufrir un accidente de tráfico. Y es que en Rumania algunos todavía conducen como locos, a toda pastilla, sobre todo los camioneros. Tienen la mala costumbre de adelantar cuando uno viene de frente, y si el del frente no frena, vaya usted a saber. ¡Qué ganas de que lleven a ese país unas patrullas de la Guardia civil!, de esas patrullas con ganas de multar, ya sabéis. Ellos, por su parte, se iban a hinchar, y a la gente, por la otra, se le iban a quitar las ganas de hacer el bobo en la carretera. Desde que entré a Servia hasta Rumanía, cada pocos kilómetros, se suele ver una cruz en recuerdo a los caídos en dicho tramo de carretera. No me extraña nada.

    Como consejo, si queréis hacer algún tramo de la Eurovelo 6 y todavía no sabéis cuál, os recomiendo el tramo que va desde Saint Nazaire a Viena. Y es que desde Hungría hacia adelante no hay apenas tramos debici-carril y a lo dicho, ir en bici por las carreteras de aquí a día de hoy es todavía jugársela.

    Otras dos cosas que comentaría de Rumania son las siguientes. La nula conciencia ecológica en lo que respecta a la basura. En todos los sitios encuentras trozos de plásticos tirados por doquier. Otra cosas a cambiar, no tirar y además, reciclar.

    Por último, es de destacar el contraste entre la vida rural y urbana. Aquí cuando vas por los pueblos todavía ves a las abuelas y abuelos con los trajes típicos rumanos vestidos. Las nietas y nietos, en cambio, visten como lo puede hacer cualquier joven de una gran ciudad de Europa, algunos incluso algo horteras, que no estáis en la Gran Vía, pero oye que si a ellos les gusta... (que también más de uno podría decir lo mismo de mi, vaya pintas!). Por poneros otro ejemplo del contraste en Rumania, nunca se me olvidará el otro día cuando íbamos por un pueblo y un una pareja de campesinos subida en su carromato tirado por yeguas de repente sacó su móvil última generación y nos hizo una foto!, o ver el carro de yeguas al lado de un tractor de última generación,...

    A última hora de la tarde visitamos una Iglesia ortodoxa. Son muy bonitas, aquí tienen la costumbre de adornar las paredes interiores con un montón de dibujos. Por otra parte, son iglesias que carecen de bancos, curioso. En el pueblo donde dormimos el hostal está todavía sin terminar, así que a dormir de nuevo en hotel mil estrellas, eso sí, esta vez sin mosquitos y sin pasar calor, vaya lujo.

    A lo largo de todo el recorrido siempre he tenido un montón de dudas de si se seré capaz de hacer la Eurovelo. Por la noche antes de dormir me emociono un poco pensando que probablemente mañana será el último día, casi no me lo puedo creer. No sé como voy a reaccionar, si me voy a echar a reir, a llorar, indiferencia, tristeza, alegría,... Y es que a veces ante determinados estados de la vida los sentimientos te sorprenden a ti mismo y entras en estados de ánimo que no esperabas. En fin mañana se verá.

    La última mirada al Danubio


                  La Iglesia de Adamclisi

    Adjunto

    1. Eguna_43.2_Adamclisiko_eliza.jpg (1937.1 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    2. Eguna_43.1_Danubioko_azken_begirada.jpg (1900.3 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    Publicado hace 8 años #
  13. ¡Qué magnífica crónica!

    Publicado hace 8 años #
  14. Día 44. Adamclisi-Constanza. 65 km:

    Empezamos el día con un nuevo amigo, se trata de un cachorrito que aparece nada más salir de la tienda. Le falta un trozo de oreja y continuamente ladra para que le demos caricias o comida, es muy simpático. Y es que Rumania está lleno de perros callejeros. Después de desayunar los 3 y, sintiéndolo mucho, nos tenemos que despedir de él. Se me encoge el corazón cuando le veo salir corriendo detrás de nosotros, pero es lo que hay. En unos pocos metros lo perdemos de vista.

    Poco a poco los kilómetros caen uno a uno, cada vez más cerca del objetivo. A última hora de la mañana pasamos por una zona llena de prostitutas de carretera, miseria en estado puro por los siglos de los siglos amen.

    Tomamos un menú del día en las afueras de nuestra ciudad destino y tras unos pocos kilómetros de autovía limitada a 80 (no había otra opción), por fin llegamos a Constanza. Avanzamos por las calles hacia el centro sin todavía ver el mar. Pero sé que está ahí mismo, que solo faltan unos pocos metros para terminar esta ruta de miles de kilómetros. Una vez en el centro, cruzar una calle, doblar una esquina y por fin veo el Mar Negro. Ahora sí que el viaje ha terminado. Una foto para inmortalizar el momento y después un chapuzón para celebrarlo.

    Cuando saco de la bolsa el tubito para echar el agua del Océano Atlántico que recogí en Saint Nazaire, veo que lo he perdido! Sin embargo, me da igual no poder realizar este gesto simbólico.

    En el Mar Negro


                  Nuestras bicicletas


    Adjunto

    1. Eguna_44.4_Gure_bizikletak.jpg (1913.4 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    2. Eguna_44.3_Mar_Negron_2.jpg (1861.3 KB, 0 descargas) 8 años antiguo
    Publicado hace 8 años #
  15. Zorionak @Ambotomendi por tu gran logro! Nos has embelesado a muchos con tu relato tan cercano del viaje (tanto que yo miraba a todas horas ultimamente por si abias publicado :mrgreen:). Los paisajes de las fotos, los narrados que nos hacen soñar y las aventuras me an motivado y el verano de 2016 voy a hacer alguna gran ruta por Europa (chsss secreto de sumario :lol:). Un placer seguir tus aventuras y si agun dia podemos a ver si hacemos un viajecito.... Zorionak berriz eta ondo izan! (felicidades de nuevo y cuidate)

    EZ ETSI, EUTSI!!!! //// (no desistas, insiste!!!!)

    “El mundo es como un libro, y los que no viajan no leen ni una sola página"
    Publicado hace 8 años #
  16. !Qué satisfacción debisteis de sentir!
    Enhorabuena y gracias por todas esas reflexiones, por como nos has hecho sentir el viaje. Y eso que me he limitado a leer tan sólo, sin mirar las fotos (por una manía mía al respecto). Con ese texto, franco, abierto, introspectivo, analítico y emotivo me ha valido y sobrado, y he viajado sin moverme. Eskerrik asko.
    (Menos mal que no has echado el agua de un mar en el otro... jeje, vete tú a saber que tipo de desastre medioambiental habrías podido provocar, jejeje)
    Zorionak, txapeldunak! (enhorabuena, campeones)

    Publicado hace 8 años #
  17. Me ha encantado, el relato y las fotografías!! Qué envidia de viaje y de aventura. Enhorabuena. Gracias por compartirlo!

    Publicado hace 8 años #
  18. Viaje de vuelta. Rumanía-Zaragoza.

    Al día siguiente, en cuanto me levanto, lo primero que hago es afeitarme la barba. Y es que, como decía la canción, “euskera salbo ikusi arte, ez dut moztuko bizarra”. Pues eso, que yo hasta terminar la Eurovelo 6 o “morir” en el intento, sin cortarme un pelo desde Saint Nazaire.

    Ahora toca descansar unos días por aquí, más o menos una semana, y aprovechar para hacer un poco de turismeo y, sobre todo, playa. Son unos días agradables disfrutando de un merecido descanso. Un día de esos aprovechamos para alquilar un coche y ver la desembocadura del Danubio, también visitamos una isla muy bonita y vemos algunos pueblos.

    Los días pasan sin casi darnos cuenta y hay que planear el viaje de vuelta. Para volver en avión todo son pegas y suplementos por llevar la bicicleta. Además, hay que desmontarla y meterla en cajas. Mirando las diferentes opciones para volver a casa, me entero de que hay un autobús que sale todos los días desde Rumania a España, vale 80 euros y encima puedo llevar la bicicleta gratis. Aunque son dos días y medio de viaje, decido que vale la pena, es 5 veces más barato que el avión y contamina menos.

    Cojo el autobús en la misma Constanza a las 12 y media de la noche. Tú te has marchado pronto por la mañana en el avión, así que el último día lo he pasado solo, evocando. En el último momento, justo antes de montar, se me cae la cartera con toda la documentación. Menos mal que me doy cuenta a tiempo y la recojo.

    Nos cambian varias veces de autobús, y es que salen hacia España todos los días varios autobuses de la misma compañía. Yo todo el rato muy pendiente de la bicicleta, no vaya a ser que se pierde en otro autobús o la roben.

    A la altura de Hungría mediante colecta “voluntaria” nos hacen pagar 2'5 euros para, según los conductores, sobornar a la policía de frontera. La explicación que me da otro rumano es que ese dinero se lo quedan dichos conductores, que hace ya varios años que esa práctica fue desechada, vaya usted a saber. No tenía en ese momento euros y mi compañera de viaje, una señora mayor muy maja pone el dinero por mi. En cuanto entramos a Eslovaquia, zona euro, saco dinero y le devuelvo 5 euros, agradeciéndole, y mucho, su generosidad. Ella al principio lo rechaza, pero al final accede. Es una persona pensionista que cobra 150 euros al mes y se había ofrecido a pagar lo mio y lo suyo.

    Las noches en el autobús son muy malas, apenas consigo dormir. Y es que los asientos son muy incómodos. La mejor opción para dormir son los pasillos, pero estos se encuentran muy solicitados, como forma de cortesía, se les suelen dejar a las mujeres y a los conductores del autobús tumbarse en ellos. El día me lo paso medio dormido medio despierto, viendo el precioso paisaje y hablando a ratos con mi compañera.

    El ver el paisaje por la ventanilla del autobús es otra forma de hacer turismo. De todos los paisajes que vi, me gustó especialmente la zona de los Alpes en la costa de Italia, con esas laderas tan escarpadas. Aunque también vale la pena ver Transilvania y sus montes Cárpatos, Eslovaquia,... Hay infinitas rutas guapas para andar en bicicleta. Nunca las podremos hacer todas y, probablemente, eso sea lo mejor.

    En las paradas hablo con la gente, la cual me cuenta las historias de su vida. Les comento que si les sale bien su aventura en España aprenderán bastante, y si les sale mal, pues todavía más. Creo que hay gente que tiene una idea equivocada de lo que es este “paraíso” nuestro.

    El viaje en general se hace duro, pero poco a poco las horas pasan y sube la moral a medida que van cayendo los países. Tuvimos algún susto que otro durante la circulación, sobre todo en las carreteras secundarias de Hungría y Rumanía con los carromatos y los caballos. Menos mal que se quedó en eso, en nada. Por fin entramos a España, nos dijeron que el autobús llegaría sobre las 4 de la madrugada a Zaragoza, sin embargo, lo hace a las 10. Por la noche siguen haciendo cambios de autobuses, así que pasamos una última noche horrorosa entre el calor y los cambios de equipaje. En el último momento, pierdo el libro que me ha estado acompañando durante el viaje, esto es, “Un mundo nuevo ahora”, os lo recomiendo a todos. En fin más se perdió en Cuba. Vaya trabajo más duro el de conductor de esos autobuses! Eso sí que tiene mérito. 

    Desde Zaragoza, en pocas horas consigo otro autobús a mi ciudad y me dirijo a casa. Tengo como ha sido costumbre durante todo el viaje, la tripa revuelta y, por consiguiente, algo de cagalera. Cuando el autobús llega a la ciudad, siento los nervios de volver a ver a mi familia, de como será el reencuentro. Hoy además, hay comida familiar así que estarán todos. Sin embargo, a los pocos minutos de sentarme en la mesa todo vuelve a la normalidad. Es como si solo me hubiera ido un fin de semana largo de casa.

    A las 5 de la tarde me echo a la cama a echar la siesta y me despierto sobre las 11. Los efectos del viaje sin dormir han pasado factura. Una cena y de nuevo a sobar. Llevaba varios días con dolores, pero al día siguiente tengo la tripa como nueva. El volver a casa y relajarme me ha dejado como nuevo.

    ¿Qué deciros del viaje en global? Podrá haber habido viajes más largos y más cortos, más intrépidos o más seguros, más salvajes o más cómodos, más introvertidos o más sociales. Por otra parte, también me hubiera gustado soñar con cruzar el mar por el Bósforo y dar así el salto a Asia, y después seguir viendo amaneceres hacia el este, cada vez más hacia el este. De esta manera, podría haber visitado Stalingrado, saludar a Vassily y a Anatoly y que me cuenten una vez más como dieron una soberana paliza a los nazis. Luego continuar por Georgía, India, Tibet y un buen día llegar a Pekin. Desviarme un poco al sur y conocer a Sandokan. Por último, subirme en su barco y atravesar los mares. Y vuelta a empezar, hacia el este, siempre hacia el este. Ver las montañas rocosas, los bosques de Canadá y recorrer sus rutas por ferrocarril. Fumar en pipa dentro del Tipi de Toro sentado y hablar sobre el estúpido hombre blanco. Un buen día llegaría a Washington y así visitar a Obama en la Casablanca, o mejor aún, sacar un rato para ver a Forres Gump, uno de mis héroes de juventud. Después, avanzar con la bicicleta por la carretera y ver a lo lejos los rascacielos de Nueva York. Y esta vez sí (con permiso de Oreja jeje), echar el tubito de agua en el Atlántico, ese que cogí en el Pacífico, ¿os acordáis? Más tarde, continuar hacia el sur, hasta la Patagonia. O mejor aún, volver a cruzar el mar y continuar hacia el este, siempre hacia el este. Acto seguido iría a...

    Sin embargo, la vida me llama y aquí acaba mi viaje. Esta ha sido mi Eurovelo 6, tan largamente ansiada, y así os la he contado. No cambiaría mi viaje por ningún otro. Al día siguiente, por la mañana, la vida sigue y esta es mucho más exigente que la Eurovelo. Me levanto, saco al perro y después al resto de las labores cotidianas, las del día a día. El viaje en bicicleta es pasado.

    Cuentan que un alumno estaba aprendiendo con su maestro en las montañas hasta que un día el maestro le dijo al alumno. “Baja al mercado y trata con todo tipo de gente de allí”. A lo que el alumno le respondió, “Pero maestro estoy muy agusto aquí , yo lo que quiero es quedarme en las montañas aprendiendo contigo”. A lo que el maestro le respondió “Baja porque donde realmente vas a aprender va a ser en el mercado tratando con la gente”.

    Es de destacar la naturalidad y tranquilidad con la que asumía que no quedaba apenas nada de tiempo para que empezara el viaje, un día antes de salir seguía tan tranquilo. Ahora después de tanto tiempo fuera, asumo con mucha tranquilidad la “vuelta al cole” de la vida. Y es que como aprendí durante el viaje, una vez que has pasado una esquina con la bicicleta, eso queda tan atrás como lo que está a 1.000 kilómetros de distancia. Solo tienes el metro de bicicleta que estás recorriendo justo en este momento, el presente.

    Bueno espero que les haya gustado este mi relato de la Eurovelo 6. Saludos y hasta la próxima, si es que la hay, seguro que sí.Y si no la hay, que vaya bien, salud!

    Publicado hace 8 años #
  19. Para la gente del foro:

    Daros las gracias por todos los mensajes de agradecimiento y ánimo que habéis puesto los usuarios del foro, en especial a Oreja, seguidor del relato number 1. Cuando ves a la getne así de agradecida, llegas a la conclusión de que ha valido la pena no llevarme la crónica a la tumba y publicarla en el foro.

    Seguramente, haya habido gente a la que este relato le haya podido aburrir y pasado de él olímpicamente, pero siempre con respeto. Visto como está el ciber-patio de agradecer la ausencia de Trols en este foro. Es como si el mismísimo Aragorn se hubiera pasado por el foro cortándoles los coj... uno a uno. ¿O ser trol era otra cosa? Bueno sea lo que sea, qué dure este buen rollo!

    A ver si nos vemos algún día. Soy algo despistado y siempre ando a mi aire, pero si se presenta la ocasión, claro que sí. En los viajes cada vez que salude a un viajero con alforjas simpático, como si estuviera con cualquiera de por aquí.


    Dedicatoria:

    Sin caer en “justicianismos” (esta palabra no existe), vamos en ser el justiciero de la peli, esta crónica va dedicada a Tinguaro y a toda la gente que, como él, plantan cara al terror. Ya sea este en Siria, Guatemala, la China o en tu puesto de trabajo.

    Publicado hace 8 años #
  20. Salud, poeta!!!


    (Acabo de leer esta última entrega: maravillosa!!!)

    Edito: y ahora el último post, que se nos han solapado. Fdo. Tu fan number one... "Oreja", pero seguro que hay otros fans número uno entre nosotros! 

    Publicado hace 8 años #
  21. Eskerrik asko Oreja!!

    Publicado hace 8 años #
  22. muchas gracias por el relato.

    Publicado hace 8 años #
  23. Muy buen viaje y muy buen relato.

    Ha sido muy agradable y entretenido "viajar" contigo en esta Eurovelo6.

    Ondo ibili.

    Publicado hace 8 años #
  24. Me ha encantado. Sobre todo el encuentro con los patos y los perritos.

    Publicado hace 8 años #
  25. Yo lo he leido esta noche.

    Gracias por tu relato. Voy haciendo esta misma ruta. 
    Me llego en Mulhouse.

    Publicado hace 7 años #
  26. Me alegro de que te haya gustado, disfruta de esa ruta tan maravillosa.

    Publicado hace 7 años #
  27. Buenísimo el relato. Estoy planeando hacer la misma ruta y ha sido estupendo leerte. 

    Muchas gracias por compartir tu experiencia. 

    Se hace camino al pedalear.
    Publicado hace 7 años #
  28. Muchas gracias por el relato, lo he leído del tirón y he disfrutado mucho. Un viaje estupendo.

    Publicado hace 7 años #
  29. Esa era la idea, que os gustara, os entretuviera e, incluso a algunos pocos, os inspirara. Estoy contento de haberlo conseguido.
     Por otra parte, me hubiera gustado mucho escribiros otro relato del mismo estilo sobre la Marcha en bici de Marrakech contra el cambio climático. Pero por problemas de agenda, otro proyecto que se ha quedado en el tintero.
      Quedamos a esperas del documental.
      Saludos.

    Publicado hace 7 años #