Hola muchach@s.
Por fin he decidido otorgarme los "pedales de verdad" que ya estaba mereciendo
A falta de otro sitio mejor, me he plantado en el Decatlhon y me he comprado unos pedales Shimano PD-M520, unas calas SM-SH56 y unos zapatos MT41 de la talla 40.
Resulta que en el blister donde venían los pedales ya venían unas calas SM-SH51, pero me alegro de haber comprado las otras también porque las SH51 son de liberación sencilla, que sólo sueltan el pie con un movimiento de rotación horizontal mientras que las SH56 lo sueltan más facilmente tirando también hacia arriba o en diagonal. Para empezar prefiero poder soltar el pie de varias maneras hasta que vaya cogiendo confianza.
Porque de pillar confiaza se trata. Yo estaba acostumbrado a usar punteras y calzar botas ligeras de caminar. Con punteras sacar el pie del pedal es tan fácil como moverlo hacia atrás y ya está. Algo muy instintivo en caso de apuro. Pero claro, eso de anclar los pies, los dos pies, a la bici... pues que me tenía algo preocupado. Algunos foreros (blendius, por ejemplo) me habían recomendado fervientemente los pedales automáticos aduciendo razones de comodidad, rendimiento y seguridad. Pues por fin me he decidido a dar el paso y he de decir que las sensaciones han sido de lo más positivas.
El mayor miedo que tengo es no poder sacar del pie a tiempo en caso de apuro. También temía que me resultara difícil encajar el pie al subirme y que luego el pie me quedara demasiado sujeto y repercutiera en las articulaciones del tobillo y la rodilla.
En cuanto me he montado, vi lo fácil que es hacer "clac" y encajar el pie. Resulta casi más fácil que meter los pies en las punteras. La posición de las calas y el mecanismo del pedal favorecen que encajen de manera natural al apoyar el pie con normalidad. Si acaso empujando levemente hacia delante. En cuanto te subes, encajar el segundo pie es incluso más sencillo que con punteras, que siempre hay que andar tanteando el pedal hasta que queda hacia arriba. Con los pedales automáticos, que tienen mecanismo de anclaje en ambas caras del pedal, no hay ni que mirar para ellos. En seguida oyes el tranquilizador "clac" y a pedalear sin miedo.
Respecto a la libertad de movimiento del pie para no forzar articulaciones, me sorprendió gratamente que el pie sólo queda sujeto al pedal en dirección vertical y puede rotar un amplio ángulo a derecha e izquierda sin soltarse. Es mágico. Mucho más cómodo que las punteras, que te obligan a llevar el pie siempre en la misma orientación, con lo que acabas con la rodilla hecha polvo.
En cuanto a lo de soltar el pie, resulta sencillísimo. He practicado con el pedal en distintas posiciones, tanto con una pierna como con la otra y la verdad es que resulta bastante natural. Sigo teniendo algo de miedo a cómo reaccionaré en caso de apuro, tendré que extremar las precauciones, pero ese mínimo riesgo es compensado de sobra por las ventajas de llevar el pie sujeto.
Las ventajas son que he ganado en comodidad y en rendimiento sin lugar a dudas. Para probar he subido una cuestecilla corta del 12% y he podido subirla sin dificultades en el tercer piñón cuando habitualmente necesito el segundo o incluso el primero. Me da la impresión de que ahora tiro en cada pedalada con por lo menos pierna y media, porque la que sube ahora puede tirar directamente hacia arriba para ayudar a la que empuja. Con las punteras la fuerza en el pedal que sube hay que aplicarla empujando al mismo tiempo hacia delante, con lo que se desperdicia esfuerzo, y no se puede usar el músculo que contrae la pierna para tirar del pedal. Con las calas sí y se nota mucho.
En fin, quería compartir mis impresiones de novato y animar a los que estéis pensando en empezar a pedalear de manera "más profesional". Creo que he tomado una buena decisión. Ahora probaré en una rutilla algo larga a ver qué tal, pero al menos por ahora he de decir que estoy encantado. Esperemos que el encanto no acabe en batacazo o caida tonta
Los precios: pedales, 36€; calas, 15€ (podría habérmelos ahorrado); zapatos, 70€.