Quisiera compartir algo que he charlado con varios ciclistas referente a las Casas Ciclistas, tanto las de América Latina, como de otro lugar, pues acabo de ver que incluso en España empiezan a funcionar.
Varias Casas Ciclistas de América han dejado de recibir ciclistas. El motivo es sencillo: saturación y exceso de generosidad. Estas familias filantrópicas son gente de recursos humildes, habitualmente tienen una pequeña tienda de bicicletas, y no pueden soportar el incremento de costos en el recibo del agua, de la luz, de internet, del gas, que generamos a nuestro paso, pues algunas de ellas están en un cuello de botella por donde se pasa/para casi todo el mundo.
Algo así ha ocurrido con la de Cali, Colombia, por ejemplo. El inicio de una Casa Ciclista es muy entusiasta, pero si tiene mucha afluencia llega la saturación, la falta de privacidad para la familia, y dado que esta gente es extremadamente generosa, incluso el problema económico pues a menudo quieren cocinar para el invitado.
Pienso que son una oportunidad maravillosa para entablar amistad con los locales, compartir opiniones, enriquecerse, y también que debido al incremento de cicloturistas en los últimos años, pueden desaparecer más que extenderse. Propongo, desde mi punto de vista nomás, que al llegar a una Casa Ciclista, sea donde sea, el huésped no la vea como una oportunidad gratuita para descansar unos días, ahorrar plata y reparar la bici, sino que mire un panorama más amplio. Es una chance para convivir, no para abusar, y si es posible en la medida del presupuesto de cada uno yo pediría que se colaborase en justicia para que la familia anfitriona no sufra pequeñas dentelladas económicas. Ojo, la hospitalidad es una maravillosa virtud, yo no quiero decir que se entiendan como un hotel, sino que igual de bonito es aceptar una cena con un 'gracias' como es apoyar comprando comida o dejando una colaboración.
Las Casas Ciclistas no han existido siempre, ahora las hay, y que sigan en el futuro, que se extiendan, depende en gran medida de la interacción que los huéspedes tengamos con los anfitriones. Por favor, piénselo dos veces cuando estén en ellas, unos dólares no son nada en un largo viaje y pueden contribuir mucho.
Bueno, un poco largo. Es una reflexión personal, y también de otros ciclistas que he conocido, para compartir con todos, no es en absoluto un protocolo de comportamiento.
Saludos desde Venezuela,
S