Hola!
El año pasado yo hice un tramo del Camino desde Estella hasta Fromista en agosto, y mi experiencia fue bastante buena. Por las mañanas, me encantaba ir pasando a los peregrinos y dándoles los buenos días, eso sí, siempre con mucho respeto y frenando lo que hiciera falta para no asustarles. A partir del medio día cada vez era mas raro ver caminantes, o estaban muy distanciados unos de otros, por lo que ir con la bici se hacía algo relajado. Había veces que te ponías a hablar con algún peregrino y al final me bajaba de la bici y me hacía un tramo andando, estos momentos fueron muy enriquecedores.
En cuanto a los albergues, yo siempre era de los últimos en salir y de los últimos en llegar, así que a veces me encontraba sin plaza y un día me tocó dormir en un soportal y otro me busqué un albergue no oficial, éstos abundan, algunos son muy chulos, y por muy poco dinero puedes ducharte y dormir, creo recordar 5 ó 6 euros.Lo que menos me gusta de los albergues, aparte de que no pegas ojo por los ronquidos y que la gente madruga mucho, es que te lo chapan a las 10, y claro algún día llegaba a las nueve me duchaba y tenía que irme corriendo a buscar un sitio para cenar en plan tragabolas y volver al albergue pitando para que no me lo chaparan. Así que a las diez ya metido en el saco, me preguntaba, pero yo que hago aquí, si a mi me gusta acostarme tarde? Aún así es una experiencia que recomiendo. Hay que experimentarlo todo.
Yo ya había hecho el camino andando hace mucho tiempo, y me encantó el reecuentro… la energía fluye, la gente abre la mente y surgen muchas conversaciones interesantes. A mi me costó mucho dejarlo, de hecho casi tiro para Santiago, pero en el instante preciso decidí seguir mi ruta programada y en Fromista me bajé por el Canal de Castilla hasta Valladolid. El cambio fue muy brusco, lo pasé mal… el Canal de Castilla es muy monótono, plano, eterno, y después del buen feeling del Camino tuve un bajón importante. Pero como el universo siempre confabula a nuestro favor, esa día cuando ya estaba buscando un sitio para acampar me encontré con una pareja cicloturista que lo estaban haciendo en sentido inverso, y acampamos juntos y compartimos la cena. Fue un momento muy especial y gracias a eso, me pude dormir con una una sonrisa de felicidad.
Fluyendo con la vida