Aquitaine y Midi-Pyrénées

Rocamadour, este sitio es impresionante, me encantó. Tiene un antiguo Hospital de peregrinos y el pueblo aunque invadido por turistas conserva una atmósfera especial. Creo que volveré a visitarlo con más tiempo, si no me equivoco es un pueblo que aparece en las aventuras del Principe Valiente (para los amantes de los comics).

Junto a los aparcamientos del pueblo, hay una exposición de esculturas de roca, hierro y madera detrás de una casa (donde vive el matrimonio mayor de artistas) que es muy interesante. Un rincón alejado del bullicio donde a la falta del monte puedes respirar tranquilo y apreciar unas esculturas como poco curiosas.

Camino de Cabrerets, un pueblecito encantador en el valle de Cele (afluente del Lot).

Cabrerets, donde me tomé un día de descanso en su camping municipal. El pan y los dulces de Francia están buenísimos, lo primero que hacía al llegar al pueblo donde iba a dormir era preguntar por la panadería.

Saint Cirq Lapopie, pueblo mediaval en el valle del Lot.

En los Pirineos disfruté de las vistas como un enano, a poco que te descuidas estás en las alturas con los valles a tus pies. Fue emocionante ver un águila tan cerca que vi en detalle como movía la cola a modo de timón para cambiar de dirección.

Me lié la manta a la cabeza y subí el Tourmalet, a eso de tres o cuatro kilómetros a la cima ví una llama!!!

En la cima, bajo la estatua de Octave Lapize ganador del Tour de Francia de 1910. En esta zona hay un turismo ciclista increíble, gente de todo el mundo subiendo los puertos míticos del Tour.

El último día camino del coche encontré una carretera secundaria que me subió a casi mil metros y me permitió disfrutar de nuevo de la soledad de las alturas. Un regalo que el viaje me guardaba para mi despedida.

Cuando llegué al camping donde dejé el coche comprobé lo que crece la hierba en tres semanas.

Un abrazo.

Precioso! Me han gustado mucho las fotos, un nuevo destino que añadir a la lista!!