¡Muy buenas a todos!
Como cada vez viajo más, más lejos y más tiempo por trabajo y lo de mantener un kilometraje semanal en bici constante (y no caer en el estado de forma ruinosa) es cada vez más difícil, decidí este verano volver a correr.
Yo corrí mucho, maratón incluida, pero hace muuuchos años. En los últimos veinte solo lo he hecho para cojer el autobús y he estado centrado completamente en la bici.
Así que, me decía, si estás de viaje, unas zapatillas caben en cualquier maleta.
En realidad unas zapatillas te joden cualquier maleta, (sobre todo para los que pensamos que facturar una maleta es pecado) pero bueno, por lo menos las puedes meter.
Así que dicho y hecho: empecé con un programa de esos de "empezar a correr para torpes" y desde Agosto hasta aquí no he cejado y ¡joer!, el caso es que me está costando lo indecible.
Ya he dejado atrás (¡espero!) la rebelión de mis sóleos y gemelos que me las han hecho pasar moradas con contracturas contínuas, (se ve que pedalear y correr no son lo mismo para ellos), y ya me sé ahora lo de pronador-supinador y lo de las zapas y todo el tema ese. Soy ya capaz de correr mis diez kilómetros sin que las piernas me digan basta cuando empiezan a ser acuchilladas por las contracturas, pero el "sentimiento general" es agónico, literalmente el cuerpo se me rebela...
He comparado esfuerzos en bici y corriendo midiendo las calorías consumidas a base de pulsómetro y más o menos me sale lo que se dice por ahí: una relación de 1/3. Esto es si hago 15kms en bici (cuando voy a currar es lo que me sale) yendo "cañero" hago aproximadamente el mismo esfuerzo (léase consumo de calorías) que corriendo 5, pero mientras en bici me esfuerzo, resuello, sudo, noto como las piernas se quejan ya está, corriendo me muero, me muero, me sigo muriendo...
¿Os ha pasado a alguno...?
Saludos
Javier