Las malas pasadas que puede gastar el cerebro. Teneis mas razon que un santo. He dormido bastante en la naturaleza (con tienda, sin tienda, en refugios, acompañado y, la mayoria de las veces, solo) y cada noche es unica y especial.
No descansas tan bien como en una cama, pero la experiencia lo compensa todo. El cielo nocturno, sentirse mas integrado con la naturaleza, sentirse (que no ser) autosuficiente.
Recuerdo una vez que, junto con un amigo, vivaqueando en una cima en Pirineos, nos despertamos sobresaltados los dos, pensando que algun maniatico nos estaba iluminando con una linterna. Era la luna llena que nos desperto, tras aparecer detras de unos picos, con su resplandor.
Lo de los bichos y demas ruidos nocturnos los suelo combatir intentando no dormir en zonas boscosas y, en caso de necesidad y emparanoiamiento total, con un mp3 cargadito de buena musica.