este libro está haciendo mucho ruido, parece que en poco tiempo ha tenido una acogida muy importante. Es por la sed de encontrar una dirección, de identificar el problema para poder atacarlo. Es útil porque ayuda a pensar o, mejor, ayuda a poner en palabras lo que muchos pensamos. En estas fechas, con la crisis y todo eso, el campo está abonado.
Yo vi el reportaje de informe semanal en directo y fui inmediatamente a comprarlo.
Lo leí de un tirón, pero a mi no me gustó. Sentí que el autor estaba posicionado (políticamente hablando). Esperaba un documento más objetivo o menos partidista, un documento como éste podría tener un alcance muy superior si fuera más apolítico.
Al igual que Andrés creo que
Ahora ya no es el momento de discutir si nos arrimamos a la izquierda o a la derecha, ahora creo que los trabajadores, los estudiantes, los ciudadanos, tenemos un frente común: ...
Tras los dos puntos yo cambiaría el tema, tengo una especie de malestar grande porque me estoy creyendo que el mundo se va al carajo, porque me estoy creyendo el cambio climático, porque me estoy creyendo que vivo "optimizado" y que siempre ando medio enfadado porque no puedo disfrutar como quisiera de mi familia (como quisiera es: contento -es un poco un bucle, lo sé, de hecho así me siento-).
Creo que fue en este foro (la verdad es que no frecuento ningún otro) donde leí las referencias al elogio de la lentitud y elogio de la ociosidad, éste último de Bertrand Russell, a quién seguí leyendo desde que cayó en mis manos éste último documento. Muy recomendable desde mi punto de vista.
Como dije mi problema es que estoy "optimizado", cuando estoy en el trabajo me siento en deuda con mi casa, cuando estoy en casa me siento en deuda con el trabajo, tengo obligaciones laborales, personales, vivo alquilado... estoy ansioso -que es la palabra española para decir que estoy estresado-. Bertrand Russell me echó un cable, al menos para ayudarme a pensar. Creo que ahora mismo una de mis prioridades es recuperar la cordura, simplificarme la vida todo lo posible, reirme a carcajadas con alguna tontería de mis hijos, que mi mujer se ría conmigo, respirar bien, poder gritar en mi casa sin pensar en los vecinos, que el campo me quede a dos pasos de mi portal.
Siempre me consideré apolítico, ahora esto toma un cariz diferente, no solo soy apolítico sino que quiero que ambos partidos pierdan. Quiero aire nuevo (me da que no soy el único), un cambio de timón completo. Esto no llegará de manos de los políticos, como se dice aquí y allá, algunas empresas han crecido tanto que son las que marcan el rumbo, las empresas medianas sufren por esto. Yo no lo veo ya como el proletariado contra la riqueza, es más la deshumanización del sistema lo que me preocupa.
La política en España se hace desde el estómago, viene definida por la beligerancia entre partidos, seguimos divididos. Por educación soy más de derechas, pero ya con unos cuantos años a las espaldas me retuerzo cuando unos u otros me intentan convencer de su verdad, estoy quizá demasiado a la defensiva. Quizá. Es probable que por esto no me sienta identificado con este libro.
(Me reservo el derecho a solicitar de algún moderador que más adelante borre este comentario. Entiendo que no se deba modificar los hilos porque pierden sentido, por otra parte me preocupa que esto quede aquí ad eternum)
Amigos... un abrazo