A ver si consigo no enrollarme. En el 2010, la bicicleta, para mí, era un aparato que servía para darse un paseito una vez al año y que me dejaba agotado. Apenas la usaba.
En el 2011, mi hijo, improvisadamente, salió de casa, en Madrid, camino de Australia, en bicicleta. A partir de ese momento, la bicicleta empezó a ser, para mi, un medio de transporte, barato y eficiente. Mi hijo empezó a despegarse de España en su, cada vez, más lejana ruta.
Poco a poco, empecé a soñar con hacer algo parecido a lo que él hacía. Un día, llegó la crisis y, mi taller, se fue al garete. Otro día, me pasé por Calmera, a ver bicis. Con mi mujer. Salí con Rocinante, impoluta, azul, resplandeciente. Un amigo me regaló un sillín selle anatómica.
Una neurona me dijo al oído. Dale!. Y me planté en Vietnam (www.viajarenbicicleta.blogspot.com). Recorrí un poco de aquel país, otro poco de Camboya, algo de Thailandia y parte de Malasia. 5.000 km, bellísimos, maravillosos, intensos, majestuosos.
Desde Kuala Lumpur, me volví a casa. Pero quería más. Pertreñé un proyecto, precioso, llamado Asi somos en 2012. www.asisomosen2012.com y www.asisomosen2012.blogspot.com.
Salí de casa (Madrid) y recorrí las provincias de Guadalajara, Cuenca, Valencia hasta Barcelona, de allí a S.Sebastián y luego a Santiago de Compostela. Rocinante y yo, especialmente yo, jajaja, fuimos los seres más felices del globo.
Ahora, intento mantener mi relación con la bicicleta, lo más alta posible, usándola a menudo para mis tareas cotidianas y haciendo adaptaciones de viejas glorias a nuevas bicicletas, así como la fabricación artesanal de piezas para ellas.