Rodadas. Una comunidad de cicloturismo y viajes en bicicleta
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Un sueño cumplido

  • 13 de March de 2016
  • 395 kms

13 de Marzo de 2016

La Junta (Chile).

Ayer día doce de marzo lo dedique al descanso y la contemplación. Me despedí de Albert que continua su viaje hacia Bariloche, ya en Argentina, donde le espera un avión a Buenos Aires. Allí puede que coincida con el en el aeropuerto porque llega el mismo día y casi a la misma hora que el avión que yo he de coger desde Esquel, él luego coge otro avión con destino a Salta para continuar su viaje por el norte del país y yo me quedaré un par de días en la capital bonaerense en casa de Laura.

Me levante sin prisas ya se había ido todo el mundo del camping, me preparé el desayuno. Mientras el sol iba bajando por la ladera del valle, me dedico a recoger todas mis cosas y desmontar la tienda, la colgué en un tendedero y esperé tranquilamente a que el sol la secara, mientras reparo el trasportín de la bici que se partió con un trozo de alambre y una presilla de plástico, dos materiales imprescindibles en la caja de herramientas de cualquier viaje en bicicleta, también limpio y engraso la cadena, labor que no suelo hacer muy a menudo.

A eso de las diez y media de la mañana empiezo a pedalear por el pueblo en busca de un hostel donde alojarme, que tuviera wifi para poder hablar con la familia.

Me instalo en uno que no está nada mal y me voy a dar un paseo por el pueblo. Sentado en un banco de la costanera con vistas al fiordo que muere en este pueblo me siento un buen rato para poner al día este libro de bitácora, saco unas fotos y luego voy a comprar un pulpo para sujetar las alforjas, el que tenía lo perdí el día que conocí a Albert. A medio día entro en una “cocinería” , como llaman por aquí a las casas de comida, junto a la costanera y me pido una lasaña de carne de ternera, la bandeja era inmensa como para dos raciones bien servidas, me lo tomo con tranquilidad y poco a poco acabo con la bandeja, ya se sabe que la bicicleta consume mucho. Un café y a dar un paseo andando a ver si bajo la digestión. Salgo del pueblo por un sendero marcado como el mirador, va subiendo va subiendo una de las laderas aledañas al pueblo por su lado norte, me sorprende un bosque de arrayanes, no son de un porte tan grandes como los que vi hace unos diez años en Villa La Angostura en Argentina pero están bien distribuidos por esta zona mezclados con otras variedades de árboles. De vez en cuando me encuentro con un ave muy curiosa que parece no tener miedo al hombre, es capaz de posarse encima de uno, siempre anda cerca cuando te paras cerca de ella, y parece que es bastante amiga de lo ajeno, si te descuidas se lleva lo que este a su alcance, su nombre común en chile es Chucao.

Poco antes de llegar a la parte alta de la colina paso junto a tres casas abandonadas de similar construcción y cerca hay una familia de paseo, el niño de unos dos o tres años de edad, sus padres y los abuelos, les pregunto por el camino para llegar al mirador y me indican un sendero al borde de un bosque cercano. Diez minutos después me encuentro en un alto donde han instalado un banco de madera con vistas al pueblo y al fiordo, un  bonito lugar para sentarse y contemplar el paisaje.

Al poco aparece la familia, el abuelo entabla conversación, tenemos un buen rato de charla al rato me despido de ellos porque quiero llegar al hostel antes que sea demasiado tarde para poder hablar con los niños a través del Skipe.

En casa está también Gabriel y Antonio, los niños están revolucionados hablo un buen rato con Laura y luego se van a la cama.

Esta noche para cenar voy a un quiosco callejero que hacen pizzas, pido una y en un súper me compro un par de cervezas artesanales de la zona, por el camino me encuentro con Diego y Yimi, han llegado hoy y se encuentran acampado en la playa, les invito a una pizza y nos despedimos. Quedamos que posiblemente nos veamos en la Junta.

La habitación donde me alojo la estoy compartiendo con un Estadounidense de Colorado, tendrá sus sesenta años y viaja solo, va hacia el sur, mañana quiere llegar a Coyhaique, le recomiendo el Hostel Patagonia donde estuve alojado, le comento que aunque no es muy barato, es el mejor hostel en el que he estado en el viaje, tenemos una charla un poco de todo.

Esta mañana día trece de marzo me levanto sin prisas tal y como es la dinámica de este viaje, mi compañero de habitación hace rato que se marchó, su autobús salía muy temprano. Desayuno relajadamente, preparo las alforjas y comienzo la ruta a eso de las nueve y media de la mañana, el día está algo nublado y empiezo bien abrigado, a lo largo de la mañana me iré quitando algo de ropa.

Los primeros kilómetros me va acompañando el lago Risopatrón con sus oscuras aguas, flanqueado por laderas casi verticales de tupido bosque Al final del lago también termina el ripio y empieza el asfalto hasta la Junta donde acaba la ruta de hoy. Poco antes de la una del mediodía estoy ya alojado en casa muy acogedora de una anciana señora, después de la ducha me tiene preparada la comida; sopa de verduras y pescado de segundo además me pone algo de carne por si me quedo con hambre, para beber abre una botella de vino blanco, dice ella que es lo que le pega al pescado y que razón tiene, me sirve un par de copas y luego se lleva la botella para comer ella. En la comida coincido con otras dos personas, funcionarios del estado que trabaja en el servicio de ambulancias, una especie de SAMUR. Hablamos un buen rato de todo, profesión, política… luego me despido para descansar un rato en mi dormitorio.

 

14 de Marzo de 2016

La Junta (Chile).

La tarde de ayer la dediqué a la lectura en casa de la tía Leti, llegaron más huéspedes y al final del día ha llenado prácticamente el hostal. Por la noche fui a cenar a la cocinería de teresita, recomendado por la tía leti, cené bien y barato viendo las noticias que emitían en una pequeña televisión instalada en el comedor, daban las noticias nacionales, te das cuenta que las noticias independientemente del país en el que te encuentres siempre son las mismas.

Hoy cuando me he levantado ya se había ido todo el mundo excepto un huésped que lleva aquí casi todo el mes alojado porque está haciendo un curso de mecánica para conductor profesional. Termino el desayuno y me voy a caminar por un sendero que nace en el mismo pueblo y se interna en la reserva nacional de Rosselot. Comienza subiendo por la ladera del valle ganando altura a través de una tupida selva donde abunda el bambú o una planta parecida, el sendero discurre como un túnel dentro de este entramado verde, de vez en cuando escuchas al chouca, entre las diferentes especies de árboles distingo los arrayanes, al poco alcanzo un pequeño claro en el camino donde hay un mirador desde él se distingue el pueblo y el valle que lo acoge con la cordillera al fondo y un pico que destaca de los demás embelesado en su falda sureste por el manto blanco de un glaciar. Continúo subiendo por este sendero y conforme gano altura la espesura se va despejando y los árboles van ganando en porte. Poco más arriba llego a un segundo mirador orientado hacia el norte, desde el puedo ver la unión del Río Rosselot que viene del lago del mismo nombre y el Río Palena, se ve como la carretera austral atraviesa el Río sobre un puente colgante. El valle continúa dirección norte hacia la Villa de Santa Lucia. Hacia el noroeste se ve parte de una cordillera, una línea de altos colmillos con mantos de nieve e hielo en sus bases, están cerca del valla de Mirta. Llevo poco más de una hora andando el sendero empieza a estar bastante descuidado y poco transitado hasta que desaparece, a esta altura hay árboles impresionantes de grande engalanados con lianas alrededor, llegado a este punto decido dar la vuelta y bajar al pueblo para comer algo y buscar un medio de transporte a las termas del sauce que quiero visitar esta tarde.

Contacto con Mirta, una chica que hace fletes con su camioneta, he quedado con ella a las dos de la tarde para ir a las termas que se encuentran a unos veinte kilómetros, me pide unos 30000 CLP al cambio unos 40 euros bastante caro pero hay que tener en cuenta que tiene que ir dos veces, una para llevarme y otra para recogerme a eso de las siete de la tarde y además voy solo en el coche por lo que no puedo compartir gastos. Al final antes de llegar a las termas hay un cartel informando que se encuentran cerradas, nos acercamos a casa de los dueños que es una granja que está allí cerca y se informa que actualmente están prácticamente secas y que el poco agua que hay esta fría, así que nos vamos de vuelta al pueblo, al final me cobra 10000 CLP. Como tengo la tarde libre he venido a la plaza del pueblo, un lugar agradable con jardines y bancos, para sentarme al solecito y escribir un poco en este diario.

 

17 de Marzo de 2016

Futalefú (Chile).

El día catorce de marzo por la tarde noche ceno pronto en casa de tía leti, a la mesa se sienta también un señor argentino que trabaja llevando un microbús con turistas por la región.

Por la mañana del día quince de marzo desayuno allí y me encuentro con otra persona que llegó anoche, se sienta con migo para desayunar, veo que lleva un jersey con una insignia de bomberos de chile, hablando con el resulta que ha venido para dar un curso sobre derecho, el es abogado y vive en Lago Verde, un pueblo cerca de la frontera argentina, él es el juez de esa población.

Hoy me pongo en marcha y mi intención es llegar hasta la población de Santa Lucia, en este punto uniré un viaje comenzado hace diez años con mis compañeros pisapedales, corría el año 2006 y era la primera vez que viajaba con ellos, en aquella ocasión recorrimos parte de la Patagonia Argentina; Bariloche, Villa Angostura, Perito Moreno, El Calafate, Esquel, el glaciar del Perito Moreno y anduvimos por Chile; Puerto Montt, Chaiten, Villa Santa Lucia, Futalefú. En aquella ocasión nos despedimos de ellos en el Calafate y continué viaje con mi amigo Rubio con intención de cruzar tierra de fuego hasta Ushuaia.

Ahora en el camino a Villa Santa Lucia veo como van asfaltando la carretera a tramos, en pocos años tendrá asfaltada prácticamente toda la mitad norte de la carretera austral hasta Coyhaique, por una parte pierde su encanto de lugar indómito pero por otra parte las gente de esta región tendrá una vida algo más fácil, al menos en lo que a comunicación terrestre.

Cuando llego a la Villa Santa Lucia pregunto en una tienda de comestibles por un lugar donde acampar y la chica me hace referencia de una casa rosa a un par de cuadras en esta misma calle, me dice que puedo acampar en el jardín de la casa, allí vive su hermana, le va llamar por teléfono para avisarle de mi presencia pues ella se encuentra trabajando fuera hasta la tarde. Me instalo allí y cuando llega ella me doy una ducha para quitarme el polvo del camino.

Ayer día dieciséis de marzo me levanto sobre las ocho de la mañana, hace bastante frío el sol aún no ha llegado al fondo del valle, la hierba está escarchada y el cielo está raso. Saco mi cocinilla de alcohol preparo café y desayuno mientras espero que salga la chica con su hija para ir al colegio la niña y ella al trabajo, en ese momento paso al baño, luego recojo todo y comienzo mi camino hacia el paso de Futalefú buscando Argentina y dejando a mis espaldas la carretera austral que durante tantos días a sido mi fiel compañero de viaje.

Mientras desayunaba vi que unos chicos habían acampado cerca, me saludaron y hablamos. Son dos chilenos y una alemana que conocieron ayer en el viaje, me preguntan si puedo calentarle agua para su termo, les caliento el agua en la cocinilla, les lleno el recipiente, me dan las gracias y nos despedimos.

En el día de hoy he de afrontar ochenta kilómetros de camino de ripios en un estado un tanto lamentable por los continuos tramos de calamina (ondulaciones formadas por las rodadas de los vehículos). Además en este viaje he venido con mi antigua bicicleta sin suspensión lo que hace un tanto más penoso estos tramos de serrucho o calamina pero bueno a todo se acostumbra el cuerpo.

Parte del camino bordea el Lago Yelcho en la primera parte las montañas se aprietan contra la carretera y tiene que buscar su paso a través de la cordillera para alcanzar la pampa al otro lado de estas montañas. Dejo el cruce que lleva a Palena y remontando el Río Futalefú me dirijo hacia el pueblo del mismo nombre. Este maravilloso río de verde aguas turquesa y sus rápidos está considerado entre uno de los mejores ríos para la práctica del rafting y para cualquier otro deporte relacionado con las aguas bravas.

Sobre las cuatro y media de la tarde llego a esta población y me instalo en un camping que se encuentra junto a la laguna espejo. Me doy una ducha y una vez repuesto doy una vuelta por el pueblo, quiero buscar una empresa para hacer un descenso de rafting mañana, pregunto en varias y al final me quedo con outdoorpatagonia, tienen un pequeño bar de comida rápida y allí mismo ceno, luego vuelvo al camping a descansar, un rato de lectura y a dormir.

Esta mañana amanece lloviendo, escucho llover en la carpa desde esta madrugada, a las siete suena el despertador lo puse anoche a esa hora, a las nueve hemos quedado en el bar para el rafting. Les mando un mensaje con el móvil a los de la empresa para preguntar si la lluvia afecta al rafting y me dicen que en principio van a salir. Desayuno y me acerco hasta el bar. Una vez allí quedamos en dejarlo para mañana porque faltaba gente para cerrar el grupo. Dedico la mañana en poner al día el diario, leer un rato, mandar unos mensajes por el móvil y dar un repaso a las fotos sacadas hasta ahora. Bueno dejo este diario para almorzar algo.

 

19 de Marzo de 2016

Esquel (Argentina).

Hoy he acabado los últimos setenta y cinco kilómetros de esta aventura en bicicleta por la Patagonia andina, en total ha sumado casi mil trescientos kilómetros de sur a norte, realizando un sueño, un proyecto que rondaba en mi cabeza hace más de diez años ya realizado, una experiencia inolvidable solo empañada por la ausencia en la segunda parte de este viaje de mi amigo y compañero de viaje Manolo.

Me fui de Futalefú sin realizar el rafting, en los dos días no ha sido posible juntar un grupo de personas para el descenso y justo hoy cuando ya tenía todo preparado para acabar la ruta en Argentina me llaman de la empresa de rafting diciendo que ya tienen un grupo completo para las nueve de la mañana, se lo agradezco pero ya no tengo tiempo así que quedará pendiente para quien sabe cuándo.

Anoche cuando llegué al camping para acostarme después de una opípara cena en un restaurante del pueblo, me llama el señor del camping y me invita a su casa, en la cocina está su mujer y me tiene preparado pan, queso, mantequilla, mermelada casera echa por ella y me prepara un cola cao, también me regala un tarro de mermelada casera para que me la lleve. Charlamos un rato, este matrimonio mayor ya jubilados son muy agradables, les agradezco todo y les digo que me he sentido allí como en casa.

Esta mañana me levanto sin prisas, preparo el café y tuesto pan lo acompaño con queso de Osorno, muy rico por cierto, desmonto la carpa la pongo a secar al sol que ya llega al jardín y mientras se seca me acerco al pueblo para cambiar los pocos pesos chilenos que me quedan por pesos argentinos a 50 CLP el peso argentino, vuelvo al camping, termino de recoger todo y me despido del matrimonio, son casi las once de la mañana cuando doy mis primeras pedaladas, cuando llevo diez kilómetros llego a la frontera chileno – argentina, realizo los trámites pertinentes y continuo mi camino. Nada más entrar en argentina se acaba el asfalto que empezó en el mismo pueblo de futalefú y vuelve el ripio con calamina.

Sobre la una y media de la tarde llego a la población de Trevelín busco un restaurante y pido unos sorrentinos de ricota y nueces acompañados de salsa roquefort, previamente me han puesto unos entrantes, una ensalada y una empanada de jamón y queso, de postre me pido una copa de frutilla con bola de helado de dulce de leche y nata, para terminar un café, argentina es otra cosa para comer no lo cambio por chile además todo esta regado con una Quilmes de medio litro, no podía hacer una entrada mejor en este país.

Después de esta majestuosa comida continuo ya por carretera hasta la población de Esquel, meta de este viaje, aquí esperaré mi avión que sale el lunes veintiuno de marzo con destino a Buenos Aires donde estaré un par de días en casa de Laura.

Al llegar a Esquel busque alojamiento en planeta hostel un establecimiento de la red de hostelling international, esta red la conocía de mi primer viaje a Argentina allá por el año 2004, en aquella ocasión vinimos alfonso, javi cordoba y yo.

Ahora me encuentro en un bar llamado la bodega disfrutando de una Schneider de medio litro mientras escribo el diario.

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