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Navegar sin temor, por la sal es lo mejor

Por Alicia Urrea

bici-evolución

(I)
Muchos años después, frente a la ruta Intersalar I, Alicia había de recordar aquellas tardes remotas en que Álvaro la llevó a conocer los caminos arenosos entre Móstoles y Navalcarnero. En la zona había en aquel entonces solo algunos polígonos industriales desparramados por campos de labor, unidos entre sí por caminos de llenos de arena, marcados por las huellas de los vehículos y repletos de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos.

Alicia hacía tan poco que montaba en bicicleta que para nombrar algunas de las piezas había de señalarlas con el dedo. Los primeros encuentros con los polvorientos caminos habían de ser terribles, llenos de resbalones, golpes e improperios. Cuando Alicia llegaba al extremo de querer arrojar la bicicleta por uno de los frecuentes barrancos, Álvaro exibía paciencia de monje e insistencia de abogado y de nuevo explicaba técnicas de manejo confiando en que Ramona, la bicicleta de Alicia, tendría el buen sentido de llevar a su dueña con bien hasta el final del sendero.

Aquellas alucinantes tardes quedaron de tal modo impresas en la memoria de Alicia que muchos años más tarde, un segundo antes de resbalar en el enésimo banco de arena y ver el suelo acercarse hacia la bicicleta a cámara lenta, la ciclista volvió a revivir la tibia tarde de marzo en que Álvaro cerrara de golpe el libro de Álgebra II en la biblioteca de la facultad y con gesto de un guerrero que acabara de perder una batalla se levantara para recoger su bicicleta y pedalear de nuevo por el campo.

(Inspirado de un librito escrito por un señor colombiano)

(II)
Tras tres días de pampa por una de las pocas carreteras asfaltadas de Bolivia, durmiendo en escuelas y centros sociales y batallando contra el viento, la ciudad de Oruro nos recibe con la entrada universitaria: uno de los prólogos del Carnaval. En las calles se suceden desfiles de las comparsas de estudiantes –algunos ya talluditos– que bailan al ritmo de chacareras, diabladas o tangos. Nos entusiasmamos con los desfiles y en general con la ciudad que está llena de una energía contagiosa.

Oruro es también el lugar que nos hemos marcado para tomar algunas decisiones sobre la ruta. Tras algunas deliberaciones optamos por seguir una ruta menos frecuentada por ciclistas, quizá por ser un poco más larga. Primero pasaremos por el salar de Coipasa y luego viraremos hacia el sur para encarar el más conocido de Uyuni.

Salimos la mañana del 31 de octubre para encontrar grupos de gente que se dirigen hacia los cementerios. Hoy toca adecentar las tumbas de los seres queridos para que estén cómodos. En los mercados encontramos galletitas con formas extrañas, maiz inflado de colores, flores de plástico y todo tipo de adornos.

Llevamos unos pocos kilómetros cuando Harry se detiene y dice de pronto "¿escucháis eso?". Todos nos quedamos parados intentando distinguir eso que le ha llamado tanto la atención. "Silencio", dice. ¡Cierto! De pronto y por primera vez desde Cusco estamos solos en la carretera. Suspiramos. ¡Que relax!

Avanzamos a buen ritmo hasta Toledo, donde paramos a almorzar y desde ahí tomamos nuestro primer camino de arena. De hecho no está tan mal. Coincidimos en la ruta con un señor que conduce una bicicleta de una sola marcha, con manillar tipo moustache y frenos de dudosa utilidad. Viéndonos batallar con la arena y las piedras de la carretera principal el señor nos hace gestos para que tomemos uno de los caminos que corren paralelos. Primera lección de tráfico boliviano: la pista oficial, por más que alguien se haya molestado en diseñarla, no siempre es el mejor camino.

En un momento dado el señor gira a la izquierda y se aleja hacia su granja y nos quedamos de nuevo solos. La pampita (llanura) se va ondulando cada vez más hasta que nos vemos subiendo y bajando colinas por caminos llenos de baches. Suficiente por hoy. Vemos unas casas y pedimos que nos dejen acampar detrás de ellas. Cuando tenemos las tiendas puestas y estamos haciendo los spagethis con tomate nuestros de todos los días un chico de unos 25 años se acerca y nos pide que le regalemos un poquito de plata. Tiene la mirada perdida y balbucea, como si hubiese tomado más de la cuenta. Por principio en esa situación nunca damos dinero, como tampoco pagamos por hacer fotos, especialmente a niños, y siempre intentamos conseguir el mismo precio que los locales en todos los negocios. No queremos que la gente piense que a los extranjeros nos sobra el dinero y por eso se nos puede exigir un "donativo" o cobrar doble sin razón. Sin embargo, cuando el chico se aleja, entre sus balbuceos creemos entender que lo que le pasa es que no tiene dinero para volver a su casa porque su moto se ha quedado sin gasolina. Me pregunto si le habríamos dado dinero si hubiera sabido explicarse bien. Pasamos el día siguiente reflexionando sobre la importancia de las apariencias y este asunto de saber venderse y saber cuándo alguien realmente necesita ese empujoncito para salvar una situación complicada.

El día siguiente tenemos 20 kms más de baches y 70 de carretera asfaltada y viento en contra. El día se hace largo y cuando llegamos a Huacachaca? tenemos las fuerzas justas para acudir al cuartelillo a pedir que nos dejen un sitio donde pasar la noche. El jefe no está, así que nos ofrecen acampar frente al patio del cuartel de los Mejillones, al cuidado del cabo de guardia. Cena, cantos regionales y a dormir. Cuando cerramos los ojos son las 9 de la noche y al volverlos a abrir el reloj marca las 6 de la mañana.

Ya solo nos quedan 50 kms para entrar en el primero de los dos salares: el de Coipasa. Avanzamos despacio por un camino lleno de arena y serrucho (esa imprenta que dejan los coches y los camiones al pasar) hasta que ya no podemos más y nos salimos a la llanura que nos queda a la izquierda. El suelo está bastante blando al principio, con barro y sal mezclada con arena. Luego se va poco a poco compactando hasta llegar a la consistencia del asfalto. Este patrón se repite cada vez que llegamos o salimos de tierra firme.

La sensación de pedalear por este salar se parece un poco a navegar. A tu alrededor todo es blanco y puedes ir si quieres con los ojos cerrados porque no hay camino del que salirse. La sal tampoco es igual todo el rato. A ratos parece que hubiera olas, muchas veces a penas hay dibujo y otras veces se hacen pequeñas montañitas de sal. Al final del día llegamos a Tres Cruces, uno de los pueblecitos a orillas de la sal. Cuando llegamos, Álvaro ya nos ha conseguido cena y lugar donde acampar. Nos instalamos en el corral de una señora que nos prepara para cenar un plato de quinúa con huevos y papas. Mientras comemos en su cocina, el abuelo nos cuenta la historia de cómo unos españoles se quedaron atrapados una vez en las marismas. Para cuando llegaron al pueblo llevaban tres días sin comer ni beber y estaban tan débiles que a uno hubo que llevarlo al pueblo en carretilla.

De Tres Cruces llegamos a Llica de nuevo en un largo día que se pasa en su mayoría empujando la bicicleta. Toca descansar y relajarse un poco así que nos quedamos viendo películas y leyendo libros en la habitación de nuestro hostal.

Después, tres días flotando sobre el otro salar, el de Uyuni. Mismas sensaciones pero distancias enormes. Afortunadamente cruzamos antes de que empezara la temporada de lluvia y la sal se ablandara.

Ahora no encontramos en Potosí, donde las minas de plata. Esta misma tarde volvemos a Uyuni y mañana empezamos el pedaleo hacia la frontera con Argentina. ¡Casi se nos ha acabado Bolivia! Fotos cuando tengamos una conexión decente a internet. ¡Un abrazo gordo desde el altiplano!

Este artículo fue publicado el 12/noviembre/2010. Última actualización: 7/agosto/2020 dentro de la categoría 2010 y 2011 - Un año y pico en bici en Rodadas.net, una página web sobre cicloturismo y viajes en bicicleta mantenida por Álvaro Martín y Alicia Urrea.

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Comentarios Hay comentarios de 20 intrépidos

  1. jofegaber dice:

    Me ha emocionado vuestra cronica, tal vez por que he asumido el silencio del desierto, vuestra anecdota con aquel chaval, …quizas por que por Madrid, la niebla y el frio hacen estragos.

    Me ha gustado leeros.

    Gracias por la cronica. Buen pedal y tened cuidado hay fuera…

  2. slow dice:

    Pues a mi me ha detenido esta frase…

    Primera lección de tráfico boliviano: la pista oficial, por más que alguien se haya molestado en diseñarla, no siempre es el mejor camino.

    Toda una lección para la vida.

  3. Jorge dice:

    Hola, muy buena cronica. Siempre que leo una de vuestras cronicas, me transmitis esa sensacion de viajar en bici. Que envidia me dais y que mono tengo de viajar en bici. Ahora mismo vivo en Edimburgo, pero en abril volvere a España y lo hare en bici… que ganas!!
    Ah! soy de Alcorcon y se de que caminos hablais, por la zona del puente de hierro, camino toledano, y en Navalcarnero los caminos que van a Villanueva de Perales y tal. Yo tambien he pasado unos muy buenos momentos por ahi…
    En fin, seguid asi y mucha suerte en vuestro super viaje!!!
    Disfrutad!
    Un saludo!

  4. Mojarrison dice:

    Muy buena crónica. Estuve el verano pasado por Uyuni, y es cierto que las distancias se hacen infinitas (yo fui con tour, pero me quedé con ganas de hacerlo en bici como algunos afortunados con los que nos cruzamos). ¿Subisteis a la Isla de Incahuasi?
    Seguid pedaleando!

  5. boqueron dice:

    El salar de Uyuni….qué maravilla tiene que ser atravesar un mar blanco….¡Buen camino!…¡buena vida!

  6. Fernando dice:

    Estimados, con un poco de anticipo les voy brindando una calida bienvenida a mi Querida Argentina.- ¿Que recorrido van a hacer por Argentina?
    Un abrazo.- Fernando.-

  7. Luisesunico dice:

    Van pasando los meses y se cumplen vuestros objetivos de conocer otros mundos dentro de este. Cada día es una aventura a lo desconocido y me alegra ver que no os olvidaís de nosotros los que estamos aquí currando con la monotonia diaria. Gracias por acercarnos a realidades lejanas. Y suerte por el próximo pais Argentina.

  8. Chris dice:

    Qué graciosa la foto, chicos! Gracias por tenernos siempre al tanto, me encanta leer vuestras crónicas. Un beso fuerte desde Madrid.

  9. Chris dice:

    De Uyuni me acuerdo sobre todo del frío que pasamos al llegar, las ventanas del autobús estaban heladas por dentro. Pasais por las lagunas también? Y por los fuentes termales? Besos, Chris

  10. caco_patane dice:

    Colegas! Nosotros estamos de descanso un mes en Humahuaca, Jujuy (muy cerca de la frontera con Bolivia). Salimos de Buenos Aires hace 5 meses, llegamos aca hace 2 dias. Alquilamos una cabania aca, si quieren alojarse pueden pasarse: manden un mail!

  11. isa dice:

    hola chicos. Muy buena la foto y como no «vuestra crónica». Por aqui con ganas de ver vuestro fotos. Por aqui Ya ha llegado un pequeño invierno mucho ánimo y buen viaje. Saludos.

  12. Clara dice:

    Si necesitan un lugar para parar aca en bsas, avisen!
    Un abrazo, a pedal.
    Clara

  13. Jamepin dice:

    Muchas gracias por las crónicas, son una delicia! Adelante, y mucho ánimo, viajeros!!

  14. fjperez73 dice:

    De nuevo un gusto leeros y aprendiendo con vosotros de la estupenda experiencia de viajar. Que sigais disfrutando.

  15. carol dice:

    Chicos, os queremos!!! necesitamos una dirección de correo para haceros llegar jamón! (que todo hay que decirlo… jajaja). Ánimo y a darle al pedal! Besos de ogro&bella_flor

  16. Carlos-BI dice:

    Una vez más, un gusto poder difrutar de vuestras experiencias. Ánimo, y a seguir rodando.

  17. Rosa dice:

    Sigo disfrutando con vuestras crónicas que siempre consiguen transportarme por un ratito tan lejos….Es un placer acompañaros
    Rosa

  18. javier dice:

    Gracias por la estupenda crónica y por compartir vuestra experiencia. Es un gustazo!! La foto genial!!! Ánimo y que sigáis disfrutando!!

  19. Martin H Pueyrredon dice:

    EXCELENTE CRONICA, ES DIFICIL ENCONTRAR PERSONAS QUE GOZEN DE LA NATURALEZA COMO UNO, CONTEMPLACION, AMASIJO, DESCANSO, PAZ, AGRADECIMIENTO A LA VIDA… EN FIN. SIN HABER ANDADO POR ESOS PAGOS PASE UN RATO COMO SI ESTUVIESE VIAJANDO CON UDS.

    MIS FELICITACIONES.
    ARGENTINO, MOCHILERO MUTADO A CICLISTA VIVIENDO SUS 77 AÑOS Y CONTINUANDO CON EL GOZE DE LAS TRAVESIAS.

  20. Marcos dice:

    Lo de que la gente de por ahí, que piensa que a los extranjeros les sobra el dinero, viene debido a que la gente lugareña tiene una creencia basada en la triste historia de que los extranjeros arrasaron sus riquezas y esperan recibir aunque sea limosna a cambio de tantos años de saqueo