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El camino de Santiago: los ciclistas vistos por los peregrinos

Por Alicia Urrea

 

 

Estos días he recorrido un trocito del camino de Santiago a pie. Ha sido una experiencia muy curiosa ver a los ciclistas desde el punto de vista de las personas que van caminando. Ideas aleatorias:

  • Generalmente, los que hacen el camino en bicicleta son más deportistas que peregrinos es decir, contemplan el camino como un mero reto físico. En ese espíritu de deportistas de élite algunos ciclo-peregrinos miran a los pedo-peregrinos por encima del hombro.
  • Además, pedo-peregrinos y los cicloperegrinos raramente se volverán a encontrar en el camino porque los segundos van bastante más rápido que los primeros.
  • Y por otra parte, los cicloperegrinos llegan tarde al albergue (hasta las 6, la mayoría de los albergues no cogen peregrinos en bicicleta) lo que les deja poco tiempo para intimar.
  • Resultado: los ciclo-peregrinos solo establecen relación con los demás ciclo-peregrinos. Por eso, los ciclo-peregrinos no se acaban de integrar en el ambiente de camaradería que se establece entre los pedo-peregrinos que forman en pocos días una especie de comunidad de vecinos ambulante. El espíritu de comunidad es lo que hace que la gente vuelva una y otra vez a hacer el Camino de Santiago.
  • Hay ciclo-peregrinos que deciden hacer el Camino de Santiago exclusivamente por el camino de tierra, lo que es profundamente molesto para los peregrinos a pie: mucho polvo levantado, algunos sustos de aúpa y la terrible sensación de tener a alguien achuchando de malos modos por detrás (yo lo entiendo: después de pedir paso por vez 25 ya no se hace con la misma educación). Los pedo-peregrinos odian a los ciclo-peregrinos que van por pista cuando tienen al lado una carretera desierta por la que transitar. Algo así como los peatones odian a los que van en bici por la acera.

Por aquí algunas fotos más del Camino:

 

La Cruz del Ferro

El Castillo de Ponferrada a través de los arcos

Árboles al borde del camino

 

 

Este artículo fue publicado el 9/agosto/2007. Última actualización: 11/abril/2021 dentro de la categoría Reflexiones variopintas en Rodadas.net, una página web sobre cicloturismo y viajes en bicicleta mantenida por Álvaro Martín y Alicia Urrea.

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Comentarios Hay comentarios de 16 intrépidos

  1. jc77 dice:

    Recuerdo que nos enganchamos al Camino de Santiago en Astorga después de pedalear en la más absoluta soledad por la Ruta de la Plata. Mi desilusión fue notable: demasiada gente, demasiados albergues, demasiadas señales, demasiado todo… En fin, será que el Camino de Santiago es una ruta para peregrinar y yo sólo un ciclista que no cree demasiado en esto de la religión.

    • Avo dice:

      Como ciclo-algo te entiendo perfectamente. Cuando uno viaja en bicicleta uno de los mayores alicientes es sentirse como un explorador. Transitar por zonas por las que no se ve a nadie. Si de pronto apareces en un sitio lleno de gente que hace lo mismo que tú esa sensación se diluye bastante. A pie uno tiene el tiempo suficiente como para ver las cosas de otra manera (sobre todo cuando las ampollas aprietan). Entonces te sientes como un héroe en pequeñito que hace lo mismo que otros 60 héroes en pequeñito que se levantan todos los días a las 5.30 de la mañana 😉

  2. jc77 dice:

    A las 5:30 de la mañana… Por Dios, que horas son esas, si casi no habrán puesto ni el camino 😉

    Ya en serio, tiene mucho mérito recorrer a pie el Camino de Santiago y más porque hay mucha gente que lo hace sin preparación, movida por la fe…la misma que me falta a mí, pero que a mucha gente le motiva para seguir caminando pese a todo…

    • Ali dice:

      En realidad, creo que hay muy poca gente que hace el Camino de Santiago movidos por la fé. No me refiero a grupos parroquiales, sino a personas individuales que se patean los 600 y pico kilómetros de Roncesvalles a Santiago.

      Lo que sí se da entre ellos, lo vayan buscando o no, es un camino «espiritual» (que no religioso). El camino te va sometiendo a una serie de pruebas físicas (ampollas, dolores en partes insospechadas, agujetas…) y psicológicas (ya sabes que el quid de todo ejercicio físico está en la cabeza) pero también hace grandes regalos, que van haciendo mella en los caminantes.

      Por un lado, es mucho tiempo de andar solo en el que te da tiempo a reflexionar sobre tu vida, por otro lado, entre la sencillez del estilo de vida del peregrino y el buen rollo entre la gente que hace el camino a pie (la comunidad de vecinos ambulante que mencionaba antes) uno siente que hay otra forma de hacer las cosas más allá del estanque de tiburones en el que se ha convertido la vida de las grandes ciudades. Al final, cuando haces el camino de Santiago a pie aprendes a escuchar a tu cuerpo, comprendes mejor sus límites y te permites reflexionar sin prisas sobre hacia donde vas. Eso es lo que engancha tanto a la gente y al final les empuja a llegar al final del camino.

      Yo había sentido ya algo parecido yendo en bici con mis alforjas por las carreteras desiertas de esa hermosa tierra tuya, por ejemplo 😉

  3. Agus dice:

    Hola, yo soy ciclista y empiezo a iniciarme en el cicloturismo, se que el Camino de Santigo no entra en este mundillo pero para mi es una salida para familiarizarme con el cicloturismo a pequeña escala, comprendo todo lo que he leido sobre los que van caminando de aqui mi gran admiración tanto sea por Fe o por disfrutar de la naturaleza y hacer amistades, mi intención es de realizarlo en bicicleta ya que no dispongo de mucho tiempo y que la bici me encanta, pero sobretodo quiero desde aqui con mis cuatro letras animar a todo el mundo que nos respetemos y nos ayudemos todos, pero cuando os he leido he aprendido aque cuando este haciendolo me voy acordar de esto y miraré de no molestar y no sentirme superior a nadie, mi lema es TODOS SOMOS IGUALES Feliz viaje a todos.

  4. Manuel dice:

    Es normal que los peregrinos a pie no vean con buenos ojos a algunos bicigrinos. Pongámonos en su lugar e imaginémonos tener que echarnos rápidamente a un lado del camino cada dos por tres, porque detrás nos vienen achuchando una «manada» de ciclistas, muchas veces a velocidades inadecuadas que pueden poner en peligro la integridad física del peregrino a pie.

    Por otra parte, como ya se ha comentado también es muy molesto para el ciclista tener que rebasar a lo largo del día a decenas por no decir cientos de peregrinos a pie. Debemos de tener en cuenta que el peregrino a pie por su menor capacidad de recorrer kilómetros tiene prioridad en los albergues y así debería de ser también en el propio camino. Me parece poco educado avasallarlos como hacen algunos ciclistas pensando que están en el Tour de Francia.

    Pero esto es lo que sucede en el principal Camino de Santiago, el camino francés o también llamado tradicional (como a mí me gusta) que parte de Roncesvalles. Si se busca tranquilidad, intimidad, algo de soledad, etc. este es el camino menos indicado para ello. Vayas a pie o en bici siempre te vas a encontrar con alguien en casi todos los momentos, por no decir que en otros te va a dar la sensación de ir en romería tipo a la del Rocío pero sin carretas, sobre todo a medida que nos vamos acercando a Galicia.

    El que busque tranquilidad y hacer deporte le aconsejo que transite por el resto de caminos de Santiago que son muchos y tan interesantes como el camino francés. Yo os recomiendo el camino del norte y la vía de la plata. Por cierto, en la vía de la Plata (1.000 km. desde Sevilla)se puede coger la variante sanabresa que te lleva directamente a Santiago y no hace falta enlazar con el camino francés en Astorga.

    • Jose Antonio dice:

      No quiero juzgar a nadie por hacer el Camino a pie o en bicicleta o en caballo, cada una inicia el su Camino por motivos diferentes y respetables, yo lo realice en bicicleta y volveré este año (espero) a realizarlo. Es cierto que transita mucha gente para mi gusto, pero nada más. El mirar por encima a los que van a pie como dicen anteriormente no es por ir en bici, no es la bici, es la persona, y las personas cada una son como son independiente de cómo se realice el Camino

      • Ali dice:

        Hola José Antonio,

        Es posible que tengas razón. Hay gente que va andando y por su capacidad física también mira a los demás como «pobres piltrafillas». Sin embargo, sí veo que los que van en bici con ánimo de machaquismo tienen una actitud (actitud, no forma de ser) avasalladora y poco comprensiva. Ese es el matiz en el artículo 😉

        Un saludo y bienvenido a Rodadas!

  5. Tomás dice:

    Siento discrepar de lo expuesto en este comentario…

    Como todas las cosas en la vida, siempre hay excesos en uno u otro sentido. No todos los ciclo-peregrinos llevan el mismo talante y espíritu al hacer el camino y no todos los pedo-peregrinos son tan santos y respetuosos como se pintan en este articulo.

    Yo con tres caminos en bicicleta ya realizados a mis espaldas y con multitud de experiencias vividas en mis caminos, a estas alturas creo que tengo suficiente criterio para opinar y pensar muy diferentemente.

    Al final hablamos de personas y las personas vayan en bicicleta o andando, en el camino de Santiago también al final suelen sacar sus actitudes mas egoístas y ruines y actúan según sus principios de «maricón el ultimo» y «ande yo caliente ríase la gente».

    Cierto es que hay muchos ciclistas que se aprovechan de las facilidades del camino de Santiago, de los albergues y los servicios que se prestan para a precio barato y cómodo realizar «carreras contra reloj hacia Santiago», que van en grupos como domingueros alocados devorando kilómetros como posesos y jactándose de hacerlo en menos días que otros, que van con coches de apoyo que les transportan el equipaje para que ellos puedan saltar como cabras… etc.

    Pero también es mucho mas cierto que hay muchos y cada vez habrá mas que no se consideran ciclo-peregrinos, sino BICIGRINOS y que hacen el camino de forma respetuosa y en bicicleta. Muchos lo hacen así por obligación al no disponer de los 30 días que se necesitan para hacer el camino caminando, otros muchos por un amor compartido a la bicicleta y al camino. Estos BICIGRINOS suelen ir cargados con sus alforjas y disfrutan de cada cosa que encuentran en el camino, consideran a las personas que se encuentran en su recorrido «ángeles del camino» y aún llegando a las 6 de la tarde les sobra tiempo para disfrutar enormemente de cada persona que se abre a ellos y comparten una mesa o un buen rato en un albergue.

    Los pedo-peregrinos o peregrinos a secas, como he comentado antes los hay maravillosos y verdaderos «angeles», pero no todos son tan respetuosos y perfectos como se pintan en este articulo, incluso me atrevería a decir que también hay multitud que tienen actitudes incivicas y egoístas respecto a los demás.

    Que alguien me diga que le parece las siguientes actitudes y situaciones que afectan a la relación BICIGRINOS – PEREGRINOS y si son tan malos los unos o los otros o si finalmente resulta que todo es según del color de las gafas con las que se mira.


    – Cuando la hora de levantarse en los albergues está mas o menos estipulada a las 6 de la mañana y cuando casualmente amanece mas o menos a esa hora. Porqué muchos PEREGRINOS se levantan a las 4 y las 5 de la madrugada, haciendo un estruendo terrible de ruidos y de bolsas de plástico, importándoles un carajo si despiertan a los demás.

    – casualmente esas mismas personas, al levantarse tan pronto, luego una vez instalados en el siguiente albergue ya están acostados durmiendo a las 6 de la tarde y les molesta enormemente los que llegan a esas horas y se mueven entre las literas.

    – Esas personas, salen de noche del albergue a según ellos realizar el camino de Santiago, alumbrando con linternas por las esquinas de los pueblos y tropezando con las piedras de los caminos en absoluta oscuridad. Pasan de largo por monumentos y museos que como es lógico están cerrados a cal y canto.

    – Salen tan temprano y toman esta actitud con el afán de llegar primeros al siguiente albergue y adelantar a sus compañeros (competidores) y coger sitio en el albergue para que no les quiten la cama.

    – A las 12 del mediodía ya están haciendo cola en la puerta del albergue y cuando ya con recelo y avaricia están instalados, se apoderan de «su sitio» y de su zona y miran por encima del hombro a los que llegan después y luchan por ocupar su sitio o los sitios colindantes. Si llega un ciclista que ha realizado el equivalente a lo que ellos han realizado de recorrido multiplicado por tres, saliendo a una hora normal, respetando a los demás, cargando con sus alforjas y machacado a las 6 de la tarde……., pues que le dén……., yo ya estoy instalado, he llegado antes y este sitio es mío.

    – En estas circunstancias en los albergues hay una norma ridícula e injusta por la que los peregrinos caminantes pueden ocupar albergue cuando quieren y los ciclistas están vetados o condicionados. Si llegas en bicicleta nadie se plantea de donde vienes o cuantos kilómetros llevas….., sencillamente se te dice que los caminantes tienen prioridad y que te busques la vida. En cambio si un caminante se baja de un taxi en la esquina de antes del albergue y entra por la puerta se le da cama sin averiguar ni rechistar. Si un caminante ha ido caminando con las manos en los bolsillos y le han llevado la mochila en un taxi, nadie se lo plantea, sencillamente tiene prioridad y ya está. En la subida al O’cebreiro los taxis van como locos arriba y abajo con personas y equipajes….., cuando llegan al albergue nadie les discutirá si tienen derecho a ocupar plaza o no. Los bicigrinos, ni queriendo podrán subir sus bicicletas y sus cargas en taxi, ni mucho menos ellos mismos. Como lleguen antes de las 6 de la tarde arriba aunque vengan de 80 kms atrás van listos..

    Y tantas y tantas cosas y agravios que he sentido en mis carnes y que podría explicar pero no lo hago por no casar con la exposición.

    Los BICIGRINOS tenemos el mismo derecho moral a ir por los caminos al igual que van esos caminantes ansiosos y nocturnos. Esos «turistas oportunistas y baratos» y al igual que hay peregrinos puristas y excepcionales, también hay bicigrinos, como un servidor por ejemplo que disfrutamos con cada cosa que nos encontramos, que hacemos fotos a cada piedra y a cada mosca, que perdemos una hora hablando con una persona que nos da conversación en la plaza de un pueblo, que aprovechamos todas las horas del día para recorrer los caminos pausadamente y empapándonos de todo y que llegamos extenuados al albergue a buscar cobijo y la compañía de otros seres humanos, ciclistas o no a la caída de la tarde.

    Yo como he comentado he realizado el camino en tres ocasiones y por tres rutas diferentes, Camino Francés, Vía de la plata y Camino del Norte. Para mí han sido experiencias inolvidables de por vida. He respetado a las personas en todo momento, he avisado siempre con mi timbre a los peregrinos de que me acercaba a ellos por detrás intentando no asustarlos, ni molestarles, he lanzado amigablemente miles de «buen camino» en los miles de kilómetros recorridos a todos y cada uno de ellos, he disfrutado con la compañía de personas maravillosas venidas de medio mundo y en su mayoría peregrinos (de los buenos). He sentido sensaciones únicas y me he sentido querido y acompañado por todos, caminantes y ciclistas. También me he sentido menospreciado y discriminado.

    En fin no todo es de una forma u otra….., no todos los ciclistas son de una forma o los caminantes de otras. Al final en los dos bandos hay de los buenos y de los malos.

    El camino de Santiago, con respeto y con cultura «bicigrina» es una maravillosa opción para muchas personas que se inician en el cicloturismo y que les sirve de plataforma de lanzamiento para otras rutas y experiencias más exigentes.

    Lo dicho ……..

    QUE DISCREPO.

    Tomás Sánchez Sánchez
    tomas@bicigrino.com
    http://www.bicigrino.com

    • Ali dice:

      Hola Tomás,

      Creo que esencialmente estamos de acuerdo. Mi intención al hacer el artículo era concienciar a los peregrinos en bicicleta de que hay determinadas normas de cortesía que no se deben obviar. Que hay subnormales en todos los bandos, eso como el valor en la mili… se le supone 😉

      Muchas gracias por esta visión desde el otro lado y hasta pronto!

    • Concha dice:

      Tomás:
      Completamente de acuerdo contigo, suscribo al 100 por 100 tu exposición, yo he hecho tres veces el camino, dos en bici y una andando, las tres han sido diferentes, no sabría decir con cual me siento más identificada, las tres las he vivido con la misma alegría, con la única pretensión de disfrutar de la naturaleza, de la sensación de libertad, de la sensación de soledad y de disfrutar de la conversación y la compañia de cualquier persona caminante o ciclista que me haya encontrado.
      En definitiva lo importante es ser un buen caminante o un buen ciclista, poner en práctica los buenos modales e intentar tratar a todo el mundo y actuar con exquisita educación. Con esta única regla cada uno puede hacer el camino como quiera, con quien quiera y en el momento que quiera.
      Buen Camino

  6. Granaino dice:

    Totalmente de acuerdo con Tomas. Yo solo he hecho medio camino frances y lamentablemente no podré volver a retomarlo, pero os aseguro que ha sido la experiencia mas alucinante de mi vida. Por suerte o por desgracia el camino solo es una pequeña muestra de lo que es la sociedad y por lo tanto nos vamos a encontrar a todo tipo de individuos independientemente del medio de locomocion que utilicen.
    El único modo de que esto funcione es mostrar un minimo respeto para con el resto de usuarios del camino sea cual sea su motivacion o su medio de transporte o su forma fisica o su nivel social o economico. Estas pequeñas rencillas sobre quien es el peregrino mas «autentico» no conducen a nada, salvo a enrarecer un ambiente en el que lo que deberia prevalecer es ese verdadero espiritu de camaraderia que si que nos une a todos de verdad.

    Por cierto Ali, «subnormal» no es un insulto.

    Un abrazo a todos.

  7. Kilikolo dice:

    Interesante reflexión la que planteas. Me quedo especialmente en lo que entiendo sugiere, ponernos siempre en el lugar del prójimo (en este caso de los que no van en bicicleta). Máxima que debe de regir en todos los actos de nuestra vida.

    Antes de entrar en detalles, no voy a utilizar el término peregrino para referirme a aquellos que lo hacen a pie, sino para todos aquellos que hacen el camino independientemente de la forma de realizarlo. No soy docto en latín, pero según he leído en alguna, de la mucha, información que tengo sobre el Camino de Santiago, el origen de la palabra peregrino, se refiere a la costumbre de viajar por el campo, en latín Per Agrium -> peregrino, por lo tanto peregrinos son todos aquellos que viajan por el campo, con independencia del medio de transporte empleado.

    Tampoco voy a cuestionar los motivos que inducen a un, cada vez mayor, número de personas a realizar el camino. Para mi son los mismos para todos, lo hagas a pié, en bici, a caballo, o de cualquier otra manera. Por ello creo desacertado generalizar, cuando me parece que lo que realmente estas expresando es de que modo te sientes sobre la bici (deportista de élite).

    Ciertamente no te falta razón cuando afirmas que hay quien lo hace por reto físico (no solo en bici), pero por favor no metas en el saco a quienes lo hacen por otros motivos, sintiendo que no pasan por el camino, sino que es el camino el que pasa por ellos, viviendo el camino con todos sus aditivos de socialización, espiritualidad, culturización, esfuerzo y gratificación.

    Lo que apuntas como una desventaja de los que vamos en bici, que rara vez nos volvemos a encontrar con los que van a pie, yo lo veo como una ventaja, en el sentido que me permite conocer a más peregrinos, al no coincidir casi siempre con los mismos.

    Acertadamente indicas la discriminación que sufrimos quien hacemos el Camino en bicicleta respecto a los demás. A cualquiera le dan cama en los albergues, sin plantearse desde donde viene y sobre todo ¡como viene!, menos a nosotros, los ciclistas. Un ejemplo. Un ¿peregrino? que me encontré en el albergue de Villafranca del Bierzo, claramente se le veía que lo suyo era intimar, si, pero con el personal femenino que había en el albergue, pasando del resto de gente que allí estábamos, pues bien, al día siguiente, en Triacastela, me lo volví a encontrar cuando entre a secarme y a sellar. Ya estaba instalado y a lo suyo, a intimar. Le saludé y le dije lo rápido que había hecho ese tramo, a lo que me contestó sonriendo que había hecho trampa ese día. Me habría dado igual en cualquier otro momento, pero después haber llegado hasta allí, totalmente empapado, un tanto cansado tras un recorrido duro por el camino, subida a O Cebreiro incluida, y cabreado al ver en el transcurso de este trayecto, mientras subía hasta Ferrerías, la poca precaución de los numerosos taxis y furgonetas que me pasaban rozando y salpicando, para más INRI, cargados de mochilas y de sus propietarios ¿peregrinos?, al entrar al albergue la hospitalera (mejor diré encargada del albergue) me dice que hasta las 8 de la tarde no me puede alojar, ya que tienen preferencia, quienes los han hecho andando y los que van caballo, a lo que añadí, y los que lo han hecho andando y han enviado a este albergue las mochilas, y los que van en taxi hasta un kilómetro antes y los que la excursión organizada le ha llevado en autobús un poco antes también del albergue. Respuesta, las normas son las normas y que ella no puede controlar como hace la gente el camino. Si no se puede controlar, acabemos entonces con la norma discriminatoria.

    Nuevamente, generalizas al afirmar que los de a pie “odian” a los que van en bici. Haberlos haylos, pero pocos afortunadamente según mi experiencia personal. Han sido mayoría quienes se han apartado para dejarme pasar en el llano y en las bajadas, dándome ánimos en las subidas cuando empujaba la bici. Muchos más, los que me respondían ¡todo OK! con una gran sonrisa, a mi pregunta de si tenían algún problema, cuando les veía sentados o tumbados. Tampoco he percibido odio, cuando me ha parado y he caminado junto a ellos charlando, mucho menos, cuando he compartido con ellos el agua, reaprovisionándoles sus cantimploras, evitándoles unos kilómetros de caminata a secas.
    Esos pocos odiosos, son los que van contra las actitudes y comportamientos que inspira la peregrinación y que tú acertadamente apuntas.
    Son estos los que erróneamente piensan que el trazado de tierra es exclusivo de los de a pie, poniendo malas caras incluso a los agricultores que van por las pistas con sus tractores para trabajar sus tierras, ignorando que tal vez gracias a ellos se mantengan dichas pistas en condiciones. Con gente así, que vamos a esperar los que vamos en bici, pues que nos crucen los bastones cuando pasamos, que nos impidan el paso no rompiendo sus formaciones de a tres o a cuatro y unas cuantas cosas mas, que es mejor no mencionar.

    En algún comentario he leído que los ciclistas vamos en manada y siento decirle a la persona que lo hecho que por mi experiencia no es así. Yendo por el camino de tierra, en las subidas cada uno va a su ritmo y en las bajadas toca guardar la distancia para ver el camino y por seguridad, por lo que la formación de pelotones es algo excepcional.

    Aunque pueda parecer lo contrario, me parece acertado el fondo de tu mensaje, pues platea la reflexión, que espero la hagamos tanto unos (los de la bici) como los otros (los de a pie), por decirlo así, sin que quiera crear dos bandos. Me ha motivado el responder, abogar por el gran número de peregrinos en bicicleta que aman y sienten el camino tanto o más que quien lo haya hecho a pie.

    Como bien han apuntado en otro comentario “las personas son como son, independiente de cómo se realice el Camino”

    Seamos pues, personas respetuosas con el prójimo. Solo así nos conduciremos por el buen Camino, no solo el de Santiago, si no el de la vida.

    Ultreia e Suseia

  8. Andy dice:

    Bueno… Sin ánimos de ofender Tomás, pero creo que debo de responder a algunos de los puntos que haces en tu redacto. Primero, pido disculpas por si mi español no sea fácil de entender – pues soy inglés.

    Estoy de acuerdo en cuanto a la idea que que hay bueno y malo en las dos «bandas», aunque creo que ese tipo de terminología solo sirve para hacer más anchas las diferencias en lugar de unir. Por cierto… ¿y los que van de caballo?

    También estoy en contra de tales términos como pedo-grino y bici-grino. Da la impresión de que la mayoría de la gente que hace el camino lo hace por temas religiosas, y en mi experiencia no son muchos que van de ‘peregrinación’. Las dos veces que he hecho el camino Francés a pie ha sido por ejercicio, relax, escape, y reto, todo combinado. Las dos veces salí de St Jean Pied de Port, la primera vez terminando en Fisterra, y la segunda vez añadiendo a Muxía para sacar otro día de tranquilidad. Todo de pié.. uno delante del otro, arriba por las colinas y montañas, por lo largo de las llanas, y – por si acaso lo olvidamos.. también bajando las colinas y montañas.

    Aunque aprecio que existen esa gente de que hablas que cogen taxis o van con coche, es poquísima y como regla es rápidamente ‘rechazado’ espiritualmente por los que, como yo, llegan cada noche después de 35 km – 45 km de andar. También molesta ver a los coches y furgonetas que llevan ‘x’ número de bicis y sus dueños al siguiente albergue. También es cierto que no hay nada más molestoso y que más baja el ánima cuando estés buscando el silencio, belleza y tranquilidad del campo… pié delante de pié… y tener que constantemente estar pendiente de las campanas de bicis y los gritos de «¡ABRE PASO!» y «¡APARTATE!» como si fuesen los dueños de la senda misma y que tú te hubieras atrevido a ponerte en su camino.

    Eso sí, tanto a los senderistas como a los ciclistas, hay de todo. De ‘santos’ no creo que haya ninguno en el camino, ni importa si se va de zapato o de neumático. Lo que sí hay es buena gente, gente normal, gente no tan buena y … pues, los ‘otros’. He mantenido muchas conversaciones enriquecedoras con ciclistas, hasta amigos, y recibido en ocasión un trago de agua por la tarde cuando aún me quedaron 15 km para llegar al albergue sin casa por en medio – 15 km a pie con 20 kg encima andando, si hacia arriba, llano, o abajo. También he vendado una muñeca rota de un ciclista que fue demasiado de Tour de France, y llevado un bici más mis 20 kg de mochila hasta el siguiente albergue. También esperado unas horas con un caminante atropado por un bici, mientras el bici seguía con sus carrera.

    Este año iré otra vez al camino – igual la plata – igual el norte (lo llamo la ruta de bacalao ya que va por la costa: bacalao en el mar, y bacalao en las discotecas? 😉

    Tengo mucho respeto por el ciclismo – lo practico yo también, pero ya haberlo andado dos veces, no puedo imaginar haciéndolo en bici.. simplemente no vería ni la cuarta parte de lo que experiencia durante los últimos viajes de 27 días y 29 días respectivamente.

    Los caminantes se levantan temprano? Claro que sí… los que no van a hacer el paseo de 25 kilómetros. Cuando tienes entre 45 y 50 kilómetros por delante, necesitas levantarte temprano. Pero con respeto… y me da igual que sea un caminante o un ciclista que demuestre costumbres antisociales, yo soy uno de los primeros de mandarles – con educación.- a la mierda si pasen por encima de los demás. ¿Qué andamos por la noche? Sí, a veces has de hacerlo si quieres llegar. ¿No acabo de leer que uno se lo hace en bici porque no tiene tiempo de hacerlo de pie. Nada de doble estándares eh! Ahora, siempre con respeto a los demás. Y que no puedes ver a todos los sitios Tomás, porque así nunca llegas. Pero en un bici te puedes comprar el tiempo para hacer de turista si t apetece, y me parece bien. Si quiero llegar a Fisterra dentro del mes de que dispongo, tengo que meter me entre 40 – 50 km diarios. Eso significa levantarme como tarde a las 6 am si quiero llegar antes de las 8 de la tarde cuando suelen estar llenos los albergues / pubs / tiendas de campanas / lo que haya. Lo que yo no veo de las ciudades por tener que empezar temprano, lo veo en el campo – que es lo que quiero ver: esa tranquilidad, y la belleza de la naturaleza. ¿recuerdas? La mayoría de las ciclistas no ven eso porque van con cabeza abajo en su empeño a meter sus propios kilómetros. Y antes de que me llames hipócrita, sí tengo mi meta, mi reto … pero como voy de pié, aunque vaya a 6 km por hora, no pierdo nada.

    ¿Por qué dan preferencia a los que van de pié? Pues porque es bastante más jodido – y no estoy diciendo que el bici es fácil tampoco, pero lo que invariablemente veo son bicis bajando colinas a toda leche, bicis yendo por las partes llanas charlando entre si, y gente empujando a sus bicis arriba de las colinas – y si paso alguno, les ayudo de buen ánimo. No todos – ¡claro que no todos! – pero bastante para comparar con los que ambos tú y yo hemos visto en taxis. Lo peor siendo los que se colocan a los 100 km (150 km para bicis) para poder saciar su condición de titulítis cuando lleguen a Santiago. Por eso no paso ni una sola noche en Santiago. Pero a final ¿y qué? Cada uno como quiere hacer el camino. Ni tu tienes que estar contra el caminante Tomás (sin lo cual no existirían las ruta, tanto en España, Inglaterra, Francia, Italia – donde sea) y a la vez los caminantes que van en contra de los ciclistas podrían hacer un esfuerzo de ver las cosas de otra perspectivo.

    Dije que esto va de buen rollo. Recuerda que yo también soy ciclista – igual no tanto como a vosotros, pero ya he metido mis 900 kilómetros de bici en Normandía y lo pasé como un enano – aunque reconozco que muchas veces tuve que desmontar media subida! Me encanta el bici – y espero algún día coincidir con algunos de vosotros por ahí y disfrutar de compartir unas risas y compañerismo.

    Yo quiero seguir teniendo buen rollo con toda la gente que se encuentre en el camino – y estas guerras de pié versus neumático lo encuentro un poco cansino.

    ¿Que construyen otra pista paralela solamente para bicis? Que grite él que tenga la pasta para hacerlo. Hasta tal día igual sería mejor que vayamos intentando a disminuir las diferencias en lugar de poner hinca pié en ellas.

    Ánimos a todos, aunque vaya en elefante.

    ¡Ultra Eia!
    (más) (allá)

  9. Ricardo dice:

    Hola a todos, creo que estas discusiones es lo unico que no hace falta para llegar a fin del camino, se ha perdido muchas cosas en estos años. No me quiero poner a filosofar, pero el avance del mundo, con sus individualidadas, avaricias, egoismos, etc. hasta aqui, el camino, han llegado. Lo que quiero decir, es que es un fiel ejemplo de como somos los humanos a estas alturas de años. Hay de todo en la vida, tanto buena gente como no, quiero creer que sobre mucho de la primera. Realmente me pone triste leer estas cosas sobre discusiones de unos y otros. Aclaro que tengo pensado hacer el camino en mayo del 2011, en bici, estoy muy entusiasmado, y estas cosas no me van a sacar el sueño que tengo desde hace mucho años, pero creanme que todas estas cuestiones no dan mucho animo que digamos…
    Espero que se lea mas antes de realizar este increible viaje, y que realmente lo tomen como fue descubierto, no estoy hablando de religion ni mucho menos, creo que es algo totalmente espiritual. No existe la carrera, no existen las diferencias, no existe la vivieza…Voto para que sea un viaje de paz para uno mismo y cree algo en nuestro interior para bien, con el cual podamos vivir la experiencia para siempre con nosotros…
    Saludos, paz,amor y buen camino!!

  10. 5474N dice:

    No entiendo ese ansia por hacer el Camino de Santiago. Gente a mansalva, masificación, albergues llenos de gente ruidosa y maloliente, y estupidez y «buen-rollismo» por doquier.
    Prefiero seguir con mis rutas por lugares intransitados, pues no quiero encontrarme gente ni conocer gente, que es de quien trato de huir. Hacer el Camino de Santiago debe ser algo muy estresante.
    Si luego además os encontráis con una catedral como la de Santiago, la decepción tiene que ser bastante grande… porque digan lo que digan, la iglesia (uy perdón… catedral) de Santiago es una auténtica birria.
    Por otro lado, opino que habría que matar a los putos ciclistas… invaden las aceras, invaden las carreteras, invaden los caminos… LO INVADEN TODO. Son la gente menos respetuosa y más maleducada que he visto. CICLISTAS… ¡¡¡MORID!!!